Nos adentramos en la esencia de la apasionada Margarita Correa, quien no solo es la presidenta de la Junta Directiva y Co-fundadora de Bancamía, sino también, una colombiana cuya vida resuena con la fuerza de las mujeres y la melodía del compromiso social.
El legado de Margara Correa musicalizaría la lucha y la resiliencia en una canción de rock titulada «La Fuerza de las Mujeres». Desde Medellín, esta tauro colombiana de 65 años nos guía a través de su vida, fusionando notas de empatía, liderazgo y la determinación de hacer un cambio impactante. Sus inicios, marcados por la conexión con la realidad en el vertedero «Moravia» de Medellín, la impulsaron a fundar una cooperativa para mejorar las condiciones de las mujeres luchadoras. El destino la llevó a liderar la transformación social del vertedero, antes de embarcarse en la creación del Banco de Microfinanzas Bancamía Sociedad Anónima en el año 2008. Gracias a la fusión de dos ONG, la Corporación Mundial de la Mujer en Medellín y la Fundación de Microfinanzas del BBVA en España, dando origen a esta institución que ha dejado una huella imponente en la inclusión financiera de microempresarias y microempresarios en Colombia. En sus 15 años de experiencia, Bancamía se destaca hoy por contar con 1’600.000 clientes.
Margarita, con tu amplia trayectoria, debes tener una historia increíble por contarnos. ¿Cómo fueron tus inicios?
Estudié antropología en la Universidad de Antioquia, una institución pública, siendo la sexta de 11 hermanos en un hogar donde mi padre, a quien admiré enormemente, me inculcó valores de trabajar por el bien común. Observando su dedicación como consejero y defensor de los derechos de los campesinos, despertó en mí un interés por la antropología. Mi conexión con la disciplina se fortaleció al presenciar la difícil realidad de un vertedero llamado “Moravia” en Medellín, donde mujeres luchaban por subsistir entre los desechos. La experiencia en Moravia me llevó a fundar una cooperativa para ofrecer a las mujeres condiciones más dignas y empleo remunerado. Posteriormente, participé en la transformación social del vertedero convocada por el alcalde de Medellín.
¿Cómo nace Bancamía?
Después de cuatro años dedicada a esa labor, surgió la oportunidad de colaborar en «Women for Banking», una ONG que prestaba dinero a microempresarios con tasas de interés inasequibles. Al ver la necesidad de un enfoque más inclusivo, participé en la creación de la Corporación Mundial de la Mujer en Medellín. Lideré la Corporación durante 23 años, prestando dinero a las mujeres y a los hombres microempresarios que se fondeaban y tenían créditos con usura al 20%. Durante esos 23 años, alcanzamos grandes logros. Sin embargo, estando allí, comprendimos que lo que necesitábamos era crear un banco para no solo proporcionar créditos, sino también para que pudieran abrir cuentas de ahorro, realizar remesas, invertir en CDT y adquirir seguros. Buscamos un socio en el medio, y el mejor socio que pudimos conseguir fue la Fundación de Microfinanzas del BBVA. Así, unimos fuerzas entre dos ONGs, la Corporación Mundial de la Mujer en Medellín y la Fundación de Microfinanzas del BBVA en España, para crear el Banco de Microfinanzas Bancamía Sociedad Anónima en el año 2008.
¿Cuáles han sido los mayores logros que han obtenido?
En los 15 años de experiencia de Bancamía, hemos logrado la inclusión de emprendedores, hombres y mujeres, en el sector informal. Con un enfoque especial en mujeres que enfrentaban barreras en el sistema financiero, para contribuir a su desarrollo económico y social, mejorando su calidad de vida y la de sus familias.
Como líder en la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres, ¿puedes compartirnos alguna experiencia específica donde hayas visto el impacto directo de tu trabajo en la vida de una mujer emprendedora?
Recuerdo a Sandra, una confeccionista en Medellín que, motivada por su hija pequeña, comenzó a crear vestiditos para niños y niñas, convirtiéndolo inadvertidamente en un emprendimiento. Al fundar una empresa de confección infantil, buscó mujeres en la ciudad para participar en la confección. No contenta con eso, decidió ofrecer empleo a mujeres jefas de hogar del barrio, proporcionándoles máquinas y estableciendo un sistema donde pagaban por el uso de las mismas, dando origen a una próspera empresa de confección comunitaria. Otra historia es la de Jessica Hernández en Soacha, madre de cinco hijos. Con crédito, Sandra adquirió máquinas para su empresa, mientras que Jessica obtuvo financiamiento para lavadoras. Jessica implementó un innovador servicio de lavado a domicilio, sosteniendo a su familia. Hoy, ha diversificado su emprendimiento hacia la confección y planea abrir una tienda. Estas historias de mujeres empoderadas, ya sea como peluqueras, confeccionistas o fotógrafas, son ejemplos conmovedores de transformación personal que impactan no solo a sus familias sino también a sus comunidades. La participación de las mujeres en Bancamía ha generado cambios significativos en su vida financiera, logrando autonomía y empoderamiento económico en su entorno, bridándoles autodeterminación.
¿Hay algún lugar o algo que haya influido particularmente en esa perspectiva tuya sobre el desarrollo social?
¡Claro que sí! Fui parte de un grupo llamado ‘Women in Banking’, una organización internacional con sede en Nueva York, que unió a mujeres de 33 países. La misión era trascender lo local y trabajar a nivel internacional en redes de contacto centradas en el desarrollo social. El objetivo era empoderar a las mujeres para que contribuyeran al crecimiento económico, social y cultural de sus países. En este foro, que incluía a mujeres de Honduras, México, Perú, Bolivia y Chile, nos reuníamos para debatir sobre diversos temas, desde productos y servicios hasta conectividad, financiamiento y alianzas, todo con el propósito de lograr mayor equidad, justicia, reducción de la pobreza y desarrollo económico. Fue una experiencia enriquecedora, ya que las dificultades compartidas por las mujeres, ya sea en Bolivia o Soacha, eran las mismas: la falta de acceso. Estos encuentros resultaron poderosos al permitirnos sumar esfuerzos, cultivar la sororidad, compartir información y establecer conexiones tanto a nivel local como en escenarios multilaterales. La colaboración generó resultados significativos, como abrir puertas en instituciones como el Banco Interamericano, ‘IFC’ y ‘USAID’, que ahora respaldan proyectos transformadores. Estamos contribuyendo activamente a hacer del mundo un lugar mejor para todos.
Si alguna de nuestras lectoras tiene un proyecto social que quisiera financiar, ¿cómo lo podría presentar?
En su momento, me sumergí en la investigación de los énfasis de entidades multilaterales, descubriendo que, en la actualidad, temas como género, cambio climático, sostenibilidad y medio ambiente son sus focos principales. En ese contexto, adquirí conocimientos y habilidades para desarrollar proyectos. La clave radica en identificar la afinidad temática con las prioridades actuales. En el pasado, nos enfocamos en las microfinanzas y presentamos un proyecto al Banco Interamericano de Desarrollo a través de la ventana FOMIN, que otorgaba créditos a instituciones que respaldaban emprendedores. En nuestro caso, solicitamos un crédito a largo plazo para fortalecimiento institucional con asistencia técnica, alineándonos con la línea de apoyo de FOMIN. La lección crucial aquí es seleccionar un proyecto que se alinee con los intereses y líneas de crédito de la entidad multilateral que estás abordando. Por ejemplo, si estás considerando un proyecto de conservación ambiental o reciclaje, es esencial ajustar tu propuesta a la línea de interés del interlocutor y a la oferta de crédito disponible.
Entrevistada por: Fernanda Cala.
¿Te consideras una mujer que inspira? ¿Por qué?
Inspirar es conectarse con el otro en un propósito trascendente compartido, mi conexión con los demás es fundamental, logrando contribuir a transformaciones donde las personas encuentran esa luz, creen en un mundo mejor y se suman a reducir la pobreza y empoderar a las mujeres. Me involucro en proyectos que impactan a las personas y generan cambios positivos en sus vidas. La clave está en conectarme con el corazón de los demás, inspirándolos a unirse a la transformación social.
Quién es Margarita?
Nombre completo: Margarita Correa Henao.
Apodo: Margara.
Profesión: Antropóloga, estudié alta gerencia y desarrollo social.
Cargo: presidenta y Co-Fundadora
Empresa: Bancamía.
Nacionalidad: colombiana.
Signo del zodíaco: Tauro.
¿Dónde vives?: Medellín.
¿Tienes hijos?: No.
¿Mascotas?: No.
Comida favorita: Me gusta la comida mediterránea, pescados, verduras, comida thai, etc.
Edad: 65.
Hobbies: Hacer deporte, tener una rutina en la mañana, aprender algo nuevo, leer, cocinar y el cine.
UN POCO DE ROCK
Si tu vida fuera una canción de rock, ¿cuál sería el título?: La fuerza de las mujeres.
¿Cómo te describirías en una frase?: Apasionada por lo que amo y en lo que creo.
Película o serie favorita: Borgen, película danesa.
Si pudieras tener una conversación con cualquier figura femenina histórica, viva o fallecida, ¿a quién elegirías?: A las que han jugado un papel político o espiritual, mujeres que hayan dejado huella. Simone de Beauvoir o Teresa de Calcuta. Marguerite Yourcenar, Simóne Weil, Ayn Rand.
Banda de música o género favorito: Me gusta la música sureña, clásica, la música moderna, el jazz, la música cubana.
¿Que describe tu estilo de liderazgo?: Percibir las fortalezas de las personas para potenciar sus habilidades destacadas y hacerlas brillar.
