Dos de las jóvenes tripulantes de la Fundación “She Is”, Melanny y Alejandra, creada por Nadia Sánchez en Colombia, nos cuentan su historia de empoderamiento y cómo llegaron al Space Center de la NASA gracias a la fundación y a la organización patrocinadora: Ecopetrol.
Alejandra y Melanny nacieron en dos pequeños municipios de Colombia: Saravena y Uribia. Tienen apenas 13 y 16 años, pero a pesar de su corta edad y lo que han vivido en estas zonas de conflicto del país, ya cumplieron su sueño de ver las estrellas tan de cerca, que las ha motivado a seguir adelante para enfocarse en sus sueños y metas. Se caracterizan por su energía, alegría, resiliencia y perseverancia, se puede notar por la forma en la que se expresan y cuentan sus historias.
“Admiro a la fundadora de la Fundación “She Is”, Nadia Sánchez, quisiera ser en un futuro como ella. Es muy hermosa, fue genial poder conocerla en persona, es tan sencilla su personalidad y la admiro. A pesar de lo difícil que fue su vida y su niñez, porque ella nos contó su historia, pudo cumplir su sueño de ir a las universidades más importantes de Estados Unidos y está logrando en este momento también que muchas niñas podamos ir al espacio y conocer el Space Center de la NASA”. Cuenta emocionada e inspirada Alejandra, con la sonrisa en su rostro que la caracteriza. Nadia Sánchez y la fundación “She Is” han inspirado y empoderado a muchas niñas y jóvenes colombianas, ayudándoles a romper estereotipos y brindándoles la oportunidad de que conozcan que pueden ser lo que quieran y se interesen en carreras STEM.
“Nadia es una persona de admirar, fue quién me inspiró y me abrió los ojos diciéndome que puedo hacerlo, que puedo ser líder, que puedo ser fuerte y que puedo ser yo misma a pesar de todos los conflictos que tengamos. Me fascinaría estudiar ingeniería aeroespacial, y cuando llegué al Space Center me llenó de mucho orgullo conocer a la ingeniera Diana Trujillo, escuchar sus charlas fue inspirador, y poder conocerla en persona también me emocionó muchísimo”. Así contó Melanny emocionada su experiencia de conocer a una de las Ingenieras Aeroespaciales que más admira.
¿Cómo te enteraste sobre la fundación She Is?
Alejandra: Yo ni siquiera sabía que existía la fundación “She Is”, me enteré el último día de inscripción para el programa porque estoy en un proyecto que se llama “Valiente” de Profamilia. Ellos, con el apoyo de la embajada canadiense, y al ver que soy una niña que lidera iniciativas, que habla mucho, y en público, y es muy extrovertida… pues, pensaron que tenía todo el perfil, así que le dijeron a mi mamá. Yo estaba en clases, entonces ella fue quien hizo todas las vueltas porque pensó: “Esto le va a gustar mucho a Aleja, a ella le gusta mucho la ciencia y me va a agradecer por hacer esto”. Y así fue, verdaderamente lo hago. Entonces ella fue a buscarme ese día, y me contó todo el proceso, y gracias a eso fue que pude conocer la fundación y cumplir mi sueño de ir al espacio.
Melanny: Yo me enteré porque un día estaba con mis papás viendo televisión y pasando tiempo en familia, y hablaron sobre la iniciativa de “She Is”. Así que yo me emocioné mucho y le dije a mi mamá: ¡Mira mami, un lugar donde llevan a las niñas al Space Center de la NASA, yo quiero ir! Después nos enteramos de las inscripciones y dije:
“Esta oportunidad no me la pierdo, y al que le van a dar, le guardan”, así que envié la inscripción, y una semana después me dijeron que estaba preseleccionada. Realmente me puse como loca ese día de la emoción que sentí, después en el colegio, en una izada de bandera estaban todas las cámaras, me mostraron el video y me dijeron “felicitaciones, vas a conocer el Space Center de la NASA” y yo no lo podía creer, ese día va a ser uno de los más inolvidables de mi vida y me sentí la niña más afortunada del mundo al saber esta noticia.
¿Cuáles consideras que fueron los momentos más desafiantes para lograr este objetivo de llegar al Space Center?
Alejandra: Fue muy difícil porque se me juntaban las clases de patinaje con las clases virtuales. Entonces dejé de practicar patinaje, subí de peso, me llevaron al médico y me dijeron que tenía que bajar de peso, pero yo no sabía cómo administrar el tiempo porque en la mañana estaba en las clases del colegio y en la tarde en las de la fundación. Pero fueron muy divertidas, aprendí muchas cosas nuevas que no había visto antes porque, por ejemplo, el laboratorio de mi colegio es un laboratorio a medias, ya que al ser mi departamento de la Guajira, uno de los más olvidados por el estado… yo no sabía nada de robótica, y más o menos sabía algo de tecnología gracias a mi profesor de informática, pero en realidad fue gracias a las charlas y al proceso de la fundación, que fue muy difícil la verdad, donde aprendí muchísimo sobre todos estos temas.
Melanny: Bueno, en mi caso fue la banda… porque también se me cruzaban los horarios con los de las charlas de la fundación. Mis ensayos eran de 2 a 5 de la tarde y las charlas eran a las 4, entonces siempre tenía que elegir, o a veces, iba solo una hora y me iba corriendo para mi casa a escuchar las conferencias. Lo otro era a veces la falta de internet, porque empezaban los tiroteos y los bombazos acá en Saravena… entonces la mayoría del tiempo se perdía la señal, pero gracias a Dios al final podíamos resolverlo. A pesar de que mis días eran muy ocupados y terminaba muy cansada, no me arrepiento porque pude cumplir este sueño y todo el esfuerzo definitivamente valió la pena.
¿Cómo te sentiste al tener la oportunidad de visitar el Space Center de la NASA? ¿Qué te impactó más sobre esta experiencia?
Alejandra: ¡Me impactó demasiado todo! Porque al no saber nada de cómo funcionaban las cosas allá, yo me preguntaba: ¿Y esto cómo funciona? ¿Pero cómo lograron que esto llegará hasta allá, tan lejos, hasta el espacio? ¿Cómo puede ser posible que yo esté tocando esto con mis manos? ¡Todo me asombraba! y me entraban muchas preguntas, todo fue impresionante.
Melanny: La verdad todo para mí fue espectacular, porque el pisar un país nuevo para mí era ya increíble. Siento que al entrar al Space Center y mirar todo lo que había allí adentro… ¡Todo eso era grandísimo! Me sentía super chiquitita, yo miraba cómo metían esas naves, había muchas cosas que yo no conocía… cuando estábamos más adentro pudimos conocer el “Saturno 5”, era una cosa gigante y quería tomar fotos por todos lados. Al entrar me sentía cada vez más cerca de las estrellas, yo no podía asimilarlo, cada vez que llegábamos de una clase del Space Center me tiraba en la cama y decía ¡Dios, estoy cumpliendo mi mayor sueño!
¿Sueñas con vivir en otro país? ¿Cuál sería tu país soñado?
Alejandra: Bueno, verdaderamente yo quiero viajar por todo el mundo, pero el país que me gustaría quedarme un tiempo y vivir allí, aunque sea un año o dos, sería Canadá ¡Me encantaría Canadá!
Melanny: Canadá me gusta, sé que es un lugar muy frío porque hay estaciones, pero sé también que es un lugar con muchas puertas abiertas. Hay universidades muy buenas, el estudio allá es muy bueno y si uno va allá tiene que aprender inglés sí o sí, y siento que soy una persona que le gustaría poder hablar en inglés y manejarlo a la perfección.
¿Cuál es tu mayor sueño a futuro y cómo planeas alcanzarlo?
Alejandra: Tengo muchos sueños, me gustaría ser bioquímica, estudiar comunicación social o danza. También hablar inglés, conocer otros países, viajar por el mundo… la verdad no podría decidirme por uno en este momento. Creo que para alcanzarlos necesito tener la visión de que ya estoy cumpliendo mi sueño y pensar ¿qué cosas necesito hacer? Para ir cumpliéndolos poco a poco y llegar a esas metas.
Melanny: Bueno, primero graduarme de bachillerato, entrar a la universidad y ser profesional. Tengo tres opciones para estudiar: Ingeniería aeroespacial, Ingeniería biomédica u optometría… pero lo principal es ser profesional. Siento que muchas niñas terminan en una carrera que no les gusta y terminan cortándola, siento que eso es un problema… pero si uno tiene una meta clara, uno puede lograrlo. Así que se puede comenzar teniendo un plan para que al final puedas lograr el objetivo que siempre has querido.
¿Cómo ha contribuido la experiencia como tripulante en la Fundación, para qué, para tus sueños y metas a futuro?
Alejandra: Ha contribuido bastante porque gracias a ello se me han abierto muchísimas puertas, me han hecho más entrevistas, me han invitado a muchos eventos importantes, me han tenido en cuenta y han tenido en cuenta mi opinión como adolescente líder. Esto me ha ayudado mucho y también inspiro a muchas niñas, eso me llena el corazón, me hace sentir algo muy bonito y me llena muchísimo.
Melanny: Antes yo no tenía una carrera pensada, me preocupaba que ya casi iba a salir del colegio y no sabía qué hacer ni tenía nada pensado… pero después de la oportunidad de conocer a Nadia, la fundación y el Space Center se me abrió un camino más, el camino de la ciencia, el camino de ser líder y de empoderar a más chicas. Me gustaría decirles a las otras niñas que no lograron entrar a la tripulación, que no se rindan, que busquen más alternativas, porque siempre hay un camino, como un ejercicio matemático, siempre hay una solución.
¿Cuál es tu motor para cumplir tus sueños y objetivos?
Alejandra: Mi motor es mi mamá porque a ella le ha tocado ser mi manager, mi fotógrafa, escritora y muchísimas cosas más. Ella es la que me ha ayudado con todo este recorrido tan largo, y es mi mamá la que siempre está pendiente. Por ejemplo, mi mamá me ayudó para poder estar en esta entrevista porque nos tocó venirnos al pueblo para poder acceder al internet, ella es una mujer “berraca” y luchadora. Yo quisiera heredar muchas cosas de ella, yo la miro cuando está cocinando las arepas, cuando las voltea y no se quema… me pregunto ¿Será que yo voy a heredar todo eso de ella? Mi mamá es mi motor a seguir y la que me enseña muchísimas cosas.
Melanny: Claramente, mis padres, a los dos, los quiero muchísimo y siempre se han esforzado por darme todo. Lo principal que siempre me han dado es alegría y apoyo. Diosito también me inspira, es mi ángel guardián.