Ana Paula Barragán Gutiérrez es Digital Skills Accelerator Manager de Wizeline, México. Una abogada de profesión, apasionada por el servicio, el voluntariado, y con una mente curiosa, sumergida en un viaje con diferentes matices: desde el mundo de los derechos humanos y la educación, hasta el dinamismo de la tecnología.
“El voluntariado te enseña a crear cosas con recursos limitados, y esa habilidad de saber que puedes construir cosas partiendo de prácticamente nada, se vuelve extremadamente valiosa cuando emprendes. Emprender, en cierto modo, implica fortalecer constantemente la habilidad de ‘crear’. Además, considero que ser un ‘Lifelong Learner’ (aprendiz de por vida) es de vital importancia”. Estas son las palabras de Ana Paula Barragán Gutiérrez, quien nos comparte reflexiones sobre emprendimiento, el papel de la tecnología en la sociedad, su pasión por los derechos humanos y la educación su visión para un futuro más ético y humano.
Háblanos de tu historia, en tu experiencia, ¿cuál ha sido el logro profesional del que te sientes más orgullosa en términos de crear un impacto positivo en la sociedad?
Creo que lo que más me enorgullece es llevar una vida consistente en cuanto al servicio a los demás, porque la consistencia siempre implica tomar decisiones. Elijo trabajar para construir un mundo mejor en lugar de solo pensar en mí, en mi bienestar, y en ganar más dinero. Entonces, creo que sostener ese camino es mi mayor orgullo. He tenido muchos matices en mi trayectoria, empecé estudiando derecho, pero no me gustó mi carrera. Hasta que encontré los derechos humanos, lo cual me enriqueció mucho desde una perspectiva filosófica. Luego, cuando comencé a involucrarme en la educación, estuve allí un tiempo y tuve el deseo de emprender en el ámbito social. Fue una experiencia muy enriquecedora, pero al final decidí dejarlo cuando me adentré en el mundo de la educación y la tecnología y exploré este nuevo horizonte. Durante este viaje, a veces se sintió confuso, como si estuviera caminando a ciegas, pero siempre mantuve la convicción de que podría encontrar algo que fuera significativo tanto para mí como para los demás. De forma específica, algunos proyectos sobre los que estoy orgullosa son la escuela de inglés como 2do idioma para migrantes mexicanos que colaboré para fortalecer en NYC, la apertura de Laboratoria en Guadalajara y el crecimiento e impacto de Wizeline Academy a través de DSA y el colaborar en el crecimiento de Inspira AC a lo largo de 11 años.
¿Cómo fue esa transición del derecho hacia el mundo de la tecnología?
Algo que me ha ocurrido con frecuencia es que en casi todas mis experiencias profesionales he llegado sin el conocimiento previo, por lo que he tenido que aprender muy rápido. Cuando me mudé al mundo de la tecnología viniendo desde el mundo del derecho, pensé: “’¿Qué hago aquí?”. Las comunidades de programadores/as y emprendedores/as me acogieron y me mostraron el enorme espacio y oportunidad que había para aprender, crear y proponer nuevas formas de hacer las cosas. Entonces, tuve que aprender rápidamente y crear nuevas cosas. Me encontré con muchas situaciones en las que tenía que trabajar con cosas que ya existían, ya sea reparándolas, transformándolas o haciendo que crecieran. Eso es algo que realmente he disfrutado, saber que tengo la capacidad de adaptarme, aprender rápidamente, crecer, construir y fortalecer cosas. Siento que este camino tan diverso, que abarca desde los derechos humanos hasta el emprendimiento social, la tecnología y la educación, entre otros, ha sido muy enriquecedor.
¿Cómo llegas a Wizeline?
En este momento, en Wizeline, estoy cosechando los frutos de mi experiencia. Me uní a Wizeline después de muchos años trabajando en el sector social, en organizaciones no gubernamentales. Antes de unirme a Wizeline, estuve en Laboratoria, donde mi responsabilidad era establecer relaciones con las empresas para que contactaran a las mujeres que se graduaban del Bootcamp en diseño web. Este programa ha permitido que muchas mujeres mejoren sus condiciones de vida. Para mí, resultaba muy frustrante no comprender lo que estaba sucediendo con las empresas, ya que a menudo era difícil lograr que las compañías se involucraran en proyectos sociales. Por eso decidí unirme a Wizeline, que tiene un fuerte enfoque educativo. Siento que todo lo que aprendí afuera, ahora lo estoy aplicando en lo que estamos haciendo aquí. Estoy aprendiendo sobre las empresas desde adentro y estoy incorporando ese conocimiento. De hecho, le dije hace poco a alguien que me siento como una infiltrada, como alguien del sector social que ha ingresado en el mundo de las empresas para entenderlos de verdad, buscando cómo hacer que la maquinaria funcione de manera más socialmente responsable.
A lo largo de tu carrera, ¿has tenido mentores o figuras que te hayan inspirado?
Sí, definitivamente a lo largo del camino ha habido muchas personas. Cuando estuve en la primaria, tuve un profesor de matemáticas, Miguel Ángel, que fue fundamental para construir mi confianza, especialmente durante situaciones difíciles en mi vida personal. Creo que su influencia fue muy importante. En cuanto a la exploración del mundo, mis padres desempeñaron un papel crucial. Mi madre Rosalina es muy curiosa, y creo que ella me inculcó una apreciación por la vida profunda, la idea de que hay algo más allá. Desde niña me inculcaron el amor por el conocimiento, mi padre Rubén tiene y es una biblioteca impresionante, y solemos hasta la fecha sentarnos a tomar café mientras reflexionamos y filosofamos sobre diversos temas. Yo le cuento lo que voy aprendido, y él siempre aporta su perspectiva enriquecedora. Mis padres jugaron un papel fundamental en fomentar el amor, la exploración y el aprendizaje en mi vida. Ya en mi vida adulta, tanto profesionalmente como personalmente, tengo dos mentoras que han sido fundamentales. Aunque es más común usar la palabra «mentoras», yo las llamo «mis maestras», Lidia Pérez y Noemi Origel. Han sido cruciales durante los últimos 20 años en todo lo que he creado en mi vida, porque primero se crea dentro de nosotros. Han sido un apoyo valioso en momentos tanto hermosos como difíciles, asegurándose de que no me pierda. Actualmente, mi maestro de budismo, Kyonin también desempeña un papel clave y Aníbal Abarca, mi actual jefe quien me da la libertad de crear y proponer el rumbo de DSA con una perspectiva muy humana.
¿Qué piensas de la inteligencia artificial?
Creo que es fascinante la capacidad que los seres humanos tenemos para crear ese tipo de tecnologías. Sin embargo, también creo que este tipo de tecnologías requiere de personas reflexivas y conscientes. Al final del día, creamos herramientas que tienen un impacto significativo en el mundo, pero no todos experimentan ese crecimiento de la misma manera. Se están generando muchas brechas que están dejando atrás a ciertas partes de la sociedad. En mi opinión, esto sucede cuando no profundizamos lo suficiente en comprender el impacto que estas tecnologías pueden tener. Es por eso que considero que la educación desempeña un papel crucial y puede ser una herramienta de gran apoyo. Para que esta tecnología realmente beneficie al mundo, debe estar al alcance de todos y no solo de las personas privilegiadas. No dejar a nadie atrás. Creo que todavía hay preguntas importantes que debemos abordar en ese sentido.
¿Para ti qué es emprender?
Es crear un espacio en el mundo desde mis propios valores y buscando aportar valor a la sociedad. Ya sea al fundar una empresa, desarrollar un producto o incluso al organizar un viaje, emprender significa estar convencida de que lo que estás creando es valioso y debe existir para generar un impacto positivo.
¿Quién es Ana Paula?
Nombre completo: Ana Paula Barragán Gutiérrez.
Apodo: Ninguno.
Profesión: Abogada, me especialicé en Derechos Humanos e hice una maestría en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
Nacionalidad: mexicana.
Signo del zodíaco: Escorpión, con ascendente en Sagitario.
¿Dónde vives?: Guadalajara.
¿Tienes hijos?: No.
¿Mascotas?: Una gatita, Luz.
Comida favorita: De todo, me gusta la exploración de los sabores.
Edad: 40.
Hobbies: Hago mucho voluntariado y me gusta aprender, escuchar podcast, mi vida espiritual y dedicar tiempo consciente a mis vínculos.
Tu lugar favorito: Los lugares nuevos, me gusta mucho viajar, la historia y la naturaleza.
UN POCO DE ROCK
¿Cómo te describirías con una palabra?: Inquieta, curiosa.
Libro favorito: “Ensayo sobre la ceguera”.
¿Qué personaje histórico serías y por qué?: Gandhi, desde primaria tomé decisiones inspiradas en él.
Banda de música o género favorito: De todo, menos la música que percibo ruidosa, no armónica o deprimente.
Tu cable a tierra es… Meditar, y la comunidad a la que pertenezco como parte del voluntariado. Es una comunidad que no solo es servicio, sino que a través del autoconocimiento vamos despertando ese espíritu de servicio, de amor a uno mismo, a los demás y a la vida..
¿Qué país eliges para vivir y por qué?: Si no estuviera en México elegiría algún lugar que tenga mucha vida, que tenga playa, bosques cerca, multicultural. Podría ser Barcelona o New York.
¿Qué contribución crees que haces para un mundo mejor?: Hacerme cargo de quién soy, mis emociones y no generar dolor es una gran contribución. La educación como el foco principal de mi vida profesional y personal. Generar oportunidades para el desarrollo de las personas. El voluntariado, dedico mucho tiempo en eso.