Los recientes estudios y reportes sobre la crisis sanitaria indican diversos efectos colaterales del confinamiento en la salud mental de las personas, principalmente: el riesgo de burnout.
La pandemia obligó a gran parte de la población mundial a cambiar hábitos, estructuras e incluso maneras de relacionamiento en todos los ámbitos de la vida social, laboral y familiar.
Estos procesos de adaptación tan abruptos que asumimos como sociedad, aunado a toda la incertidumbre alrededor del tratamiento del virus y el gran despliegue de información, generan mucho estrés en las personas.
Sobre esto, Bruno Moioli, psicólogo especialista en inteligencia emocional en las organizaciones, explica: “la respuesta de estrés mantenida en el tiempo es lo que provoca burnout como un síndrome en el que diferentes manifestaciones físicas y psicológicas señalan que nuestra salud está alterada”.
En 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al burnout o el síndrome “del que está quemado” como una enfermedad, tras la validación de la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11).
¿Cómo se manifiesta?
Según los investigadores hay cuatro componentes clave que caracterizan este síndrome: agotamiento, cinismo, despersonalización y falta de eficacia percibida. Estos se manifiestan en cambios repentinos de la actitud, comportamientos y emociones en el entorno laboral.
Los principales síntomas del burnout son: agotamiento, despersonalización, ineficacia percibida, desmotivación, aburrimiento, baja autoestima, dolor de cabeza, intolerancia, problemas de comunicación y concentración que si no se atienden a tiempo pueden desencadenar en problemas más profundos como ansiedad o depresión.
De lo personal a lo colectivo: El caso de Mars
Mars Negrette es una joven profesional quien, a raíz de haber sufrido burnout, decidió dedicar su vida a ser defensora de la salud mental.
Cuenta Mars: “en 2015 luego de una etapa de muchos cambios personales y profesionales empecé a sentirme muy exhausta y frustrada con mi trabajo, pero sentía que era normal, por los procesos que estaba atravesando y también pensaba que era parte de la cultura de la empresa en la que estaba en ese momento. Al tiempo, por no manejarlo, se fue agravando y desembocó en una fuerte depresión que me paralizó por meses y después de dos años me pude recuperar por completo”.
Actualmente, trabaja como Growth Manager en Yerbo, una startup tecnológica dedicada a la investigación, divulgación y prevención del burnout en equipos. Más de 150 mil profesionales del conocimiento han detectado su riesgo de burnout gracias a las herramientas que han desarrollado.
En Argentina, el Índice de Bienestar Emocional y Estrés Laboral que realiza la Universidad Siglo21 indicó que más del 40% de los trabajadores sufre o ha sufrido el síndrome de burnout durante los meses de confinamiento.
El testimonio de Mars es solo uno entre una estadística que va en aumento.
“Estaba bien o lloraba desconsoladamente sin ninguna razón. No entendía, me sentía mal y no sabía por qué, en el resto de mi vida todo estaba perfecto. Luego cuando dejé de experimentar las emociones y a sentirme vacía la mayor parte del tiempo, me desconcerté y fue cuando empecé a buscar ayuda”, añadió Mars Negrette quien es especialista en marketing.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los factores de riesgo psicosocial en el trabajo como es el estrés, el burnout y la violencia en el trabajo son cada vez más importantes en los países desarrollados y aumentan el interés en los países en vías de desarrollo y en los países en transición.
La acelerada transformación digital y las nuevas demandas de los mercados laborales propician entornos en donde es cada vez más difícil para los trabajadores desconectarse del estrés laboral.
Sobre esto, Bruno Moioli señala: “el contexto es un detonante potente para este síndrome, pero en sí mismo no es el problema. La dificultad está en saber responder adecuadamente a las exigencias del entorno”.
¿Cómo prevenirlo y/o tratarlo?
Esta situación expuso la necesidad de incorporar nuevas competencias y herramientas orientadas a tener una correcta gestión emocional para prevenir alteraciones de salud y, al mismo tiempo, integrar de forma equilibrada todos los aspectos de la vida que hoy se entrelazan.
Si estás en riesgo de padecer burnout los expertos recomiendan:
1) Buscar ayuda. Si estás experimentando uno o varios de los síntomas de este síndrome, lo primero que debes hacer es comunicarlo a tu círculo más cercano (líder y pares) así podrán apoyarte en la medida de lo posible y también, de ser necesario, conseguir la ayuda de expertos: psicólogos, terapeutas o coachs.
2) Reconocer los detonantes. Estos son los aspectos que contribuyen al incremento de los síntomas, sobre todo, al agotamiento. Al identificarlos podrás evaluar las opciones para administrar de una forma diferente esos factores para que no alimenten el estrés y el riesgo de burnout.
3) Ajustar la actitud. Una vez identificado el riesgo de padecer burnout empieza a revisar cómo estás interactuando con tus compañeros, si estás valorando los aspectos positivos de tu puesto actual y cambia la perspectiva para evitar el cinismo y la intolerancia.
Además de la inteligencia emocional, también el autocuidado se convierte en un antídoto ante este síndrome. Por lo que, será vital promover espacios que te desconecten del estrés laboral como: tomar descansos durante la jornada, tener actividad física, salir del espacio cotidiano y hacer las actividades que más disfrutes.
El profesional del siglo 21 tiene que convivir y saber gestionar los altos niveles de estrés a los que se ve sometido, si no, no podrá ser un buen profesional.
Bruno Moioli
Psicólogo especialista en Inteligencia Emocional en las organizaciones
Inside HR: mira la entrevista completa con Bruno Moioli ¿Qué es el síndrome del burnout y cómo atenderlo?
Yerbo: democratizando la salud mental
La necesidad de incluir este riesgo en la agenda sanitaria también impulsó a los investigadores y a los responsables de la gestión del talento en todas las organizaciones para incluir políticas que protejan a las personas.
Como ejemplo de esto, nace Yerbo: una plataforma dedicada al desarrollo de herramientas para prevenir el riesgo de burnout dentro de los entornos digitales. Recientemente lanzaron el Burnout Index, la primera prueba de riesgo de agotamiento respaldada por la ciencia y de acceso gratuito.