Catalina Rivera, Gerente de Personas de Clínica Dávila, conocida cariñosamente como «Cata», es una mujer que ha demostrado que el crecimiento personal y profesional van de la mano.
Desde su infancia en un pequeño pueblo chileno, Catalina Rivera ha aprendido a aprovechar cada oportunidad que la vida le presenta, incluso en los entornos más desafiantes. Cata se dedica a aplicar todo lo que ha aprendido en su carrera para impulsar el talento y el bienestar de su equipo. Con una trayectoria de casi 20 años en recursos humanos, su enfoque se basa en una visión integral del negocio, donde el éxito de la empresa y la satisfacción de las personas son parte de un mismo ciclo virtuoso. En esta entrevista, nos comparte cómo su pasión por el aprendizaje continuo, su amor por el golf y su visión estratégica la mantienen en constante movimiento, siempre adaptándose a los cambios del entorno y buscando nuevas formas de inspirar a quienes la rodean.
Cuéntanos un poco de tu historia, ¿cómo tu vida personal te ha llevado a un crecimiento constante en tu vida profesional?
Crecí en un pueblo pequeño, una comunidad que en esos tiempos era poco poblada, con unas 50 o 100 personas, más que nada por ser un lugar donde la gente iba de vacaciones. Viví solo con mi papá y un hermano que es dos años menor, y aunque mi abuela nos ayudaba un poco, aprendimos a ser autosuficientes. A veces había que luchar por los recursos, ya que los colegios públicos no siempre cuentan con los mejores medios, ni con el entorno más seguro. Sin embargo, creo que todo eso te prepara para aceptar las oportunidades con una mente abierta. Crecer en este ambiente me ayudó a estar siempre dispuesta a aprovechar cada posibilidad que se me presentaba y a desenvolverme en contextos desafiantes.
Con tu amplia experiencia en empresas grandes y corporativas, ¿cuál consideras que ha sido tu mayor logro en el desarrollo organizacional?
Trabajar en tantas industrias ha sido una experiencia enriquecedora, pero uno de los momentos más significativos fue en American Tower, cuando vivía en Estados Unidos y estaba a cargo del talento para África, Europa y Latinoamérica.
Lo que más me gustó fue que la empresa nos dio la oportunidad de desarrollar un proyecto a largo plazo para identificar y desarrollar los talentos del futuro. La organización entendía que era más sostenible y económicamente viable preparar a personas dentro de la empresa para que ocuparan posiciones críticas en otros países, en lugar de depender de la expatriación. Este proyecto involucró la identificación de talentos, su desarrollo, coaching, mentoring y darles oportunidades reales. Fue un proyecto de cinco años, y cuando me fui, los resultados aún no eran del todo visibles. Sin embargo, ver que después de los años, las personas que seleccionamos se convirtieron en CEOs y ocuparon las posiciones clave que imaginamos para ellos, fue increíble. Usamos tecnología y algoritmos, pero lo más importante fue el compromiso de la organización en invertir en talentos y tener la paciencia para dejarlos florecer. Sin duda, ha sido uno de los proyectos más bonitos en los que he trabajado.
En tu opinión, ¿cuáles son los elementos clave para construir y mantener un clima laboral positivo en una organización?
Creo que no existe una receta única que funcione en todas las empresas. He estado en organizaciones que estaban al borde del cierre, que quebraron, en expansión, con baja productividad, o en procesos de fusión complicados, y en cada una de ellas, lo fundamental ha sido tener la capacidad y las herramientas para identificar la cultura, los valores, y entender qué esperan las personas que trabajan contigo. Es crucial poder proponerles un panorama organizacional que les dé propósito y los motive. Eso, para mí, es la clave del clima organizacional. Por ejemplo, he trabajado en plantas industriales con una edad prontos a retiro, y para esas personas, que estaban en una empresa que finalmente se cerraría, lo importante no era tener beneficios como un PlayStation o pufs en la oficina, como en otras, sino pensar en cómo se jubilarían, qué harían cuando llegara ese momento. En otros casos, en empresas con baja productividad, implementamos procesos desde el área de capital humano para que no cerraran, y ahí la motivación y el clima laboral dependían de buenos líderes, una comunicación clara y mostrarles el impacto de su trabajo. Entender la organización en la que estás, leerla correctamente y ofrecer procesos y motivadores adecuados, es la clave. No hay una solución única que funcione para todos.
¿Cómo te mantienes actualizada y motivada en un campo tan dinámico como el de Recursos Humanos?
Me encanta estudiar, es algo que me apasiona. Me interesa de todo, pero últimamente he estado muy enfocada en cómo el rol de recursos humanos, especialmente el mío, se trata de poner las herramientas y técnicas que conocemos al servicio del negocio. Al final del día, cuando el negocio está sano, las personas también lo están, y eso crea un ciclo virtuoso. Lo más reciente en lo que me he sumergido, y que me ha fascinado, son los nuevos procesos y tecnologías del futuro. De hecho, en 2023 obtuve una beca en Columbia Business School, donde estudié en Nueva York durante un año, con una estancia presencial de un mes. Fue increíble porque exploramos todas las tendencias que están impactando a las organizaciones hoy y en el futuro, desde la sustentabilidad hasta la inteligencia artificial, pasando por blockchain, fintech, cambios políticos y en las formas de trabajo. Esto me dio una visión externa que valoro muchísimo. Ahora estoy muy interesada en entender más sobre el negocio, ya que vengo de la psicología y, aunque he trabajado en empresas, no tengo una formación formal en negocios. Estoy muy enfocada en la innovación, pero la inteligencia artificial no me estresa; sé que eventualmente todos la dominaremos, igual que con los celulares y el streaming. Lo que realmente me motiva es ver cómo estos cambios tecnológicos se transforman en cambios culturales, especialmente en las habilidades del futuro y cómo nos obligarán a adaptarnos más allá de lo formal.
¿Qué te motiva a seguir aprendiendo en tu carrera?
Creo que todavía tenemos un gran camino por recorrer como profesionales de capital humano, personas, recursos humanos, o como queramos llamarlo, en la mesa directiva. Llevo casi 20 años trabajando en este campo y he visto cómo, cuando recursos humanos no está en la mesa, se pierde una visión integral de la organización. A lo largo de los años, he notado que nuestra opinión se valora cada vez más, y cuando damos una perspectiva desde nuestro rol, pero con una visión de negocio, los resultados son claros: el negocio mejora, es más productivo, gana más, y la gente está más contenta. Esto me motiva a seguir profundizando en este enfoque. De hecho, me encantaría algún día llegar a ser gerente general de una empresa. Estoy convencida de que llegará el momento en que quienes trabajamos en gerencias de personas también seremos considerados para roles de gerencia general. Aunque hoy estos puestos suelen ser ocupados por financieros, operacionales o comerciales, creo firmemente que en el corto plazo estaremos en el pipeline de talento para asumir esas posiciones. Lo técnico ya está cubierto, pero la sensibilidad para entender a los pacientes, clientes, mercados, comunidades y personas nos da una ventaja única dentro de las áreas de una organización.
¿Quién es Catalina?
Apodo: Cata.
Profesión: Psicóloga.
Cargo: Gerente de Personas.
Signo del zodíaco: Virgo.
¿Dónde vives?: Santiago de chile.
¿Tienes hijos?: dos niñas, una de 13 y otra de 6 años.
¿Mascotas?: un gato.
Comida favorita: Comida de mar.
Edad: 42.
Hobbies: Juego golf.
UN POCO DE ROCK:
¿Cuál es el libro que más ha influido en tu vida y por qué?
Cultura Organizacional y Liderazgo de Edgard Shein (1985). Explica con gran certeza y simplicidad lo que implica movilizar a las personas a través de los cambios técnicos, sociales y finalmente culturales. A pesar de los años, sigue siendo una guía indispensable y la base de las nuevas teorías organizacionales.
¿Una película que te inspire a seguir avanzando?
Soy cinéfila de corazón, dependiendo del estado de ánimo, puedo pasar por todos los géneros y décadas. Para no rendirse, Jamaica Bajo Cero (1993).
¿Cuál es el hábito diario que te mantiene enfocada?
Escuchar música.
¿Una herramienta tecnológica que consideras esencial para tu trabajo?
WhatsApp.
¿Qué color te representa mejor como persona?
Rojo.
