La transformación no es un tema nuevo, está presente en cada uno de nuestros aspectos de la vida, aun así, no hay maneras únicas de atravesarlos. Por eso decidimos entrevistar a la experta Laura Szmuch quien desde su perspectiva abordó cómo en este entorno histórico podremos salir airosos y vivir a plenitud cada cambio acercándonos a nuestro propósito.
¿Cómo ha influenciado la digitalización y esta “nueva normalidad” en la transformación personal?
-Lo que he podido observar es que mucha gente se volcó a hacer cursos, entrenamientos y capacitaciones desde la primera semana de la cuarentena. Hubo muchas ofertas gratuitas de muy buena calidad en las redes sociales, desde los vivos en Instagram, los masivos por Zoom y también por Facebook. Aunque en algunos casos fueron meramente publicitarios de las actividades de esa persona u organización, también en muchos se podía ver un deseo genuino de acompañar a los demás en estos tiempos desafiantes.
Muchas personas que se resistían a lo online fueron cediendo ante el hecho de que un encuentro por alguna de las plataformas se había convertido en la única compañía en un día de soledad, entonces se inscribieron a cada encuentro y aprovecharon cada oportunidad que se les presentó.
¿Por qué consideras importante el autoconocimiento en el proceso de transformación personal?
-Cuando pedimos indicaciones para ir a algún lugar, es necesario indicar desde donde estamos saliendo. Si no sabemos cuál es nuestro punto de partida y no somos conscientes de las características que deseamos modificar, los recursos internos que queremos activar o recuperar, no creo que podamos hacerlo. Aprender a mirar hacia adentro es esencial para la transformación.
¿Cuáles deben ser los primeros pasos para alguien que busque su transformación personal?
-No creo en el “deber ser”, ya que cada persona lo hace a su manera, solo si lo elige o si se le vuelve inevitable. Hay quienes comienzan su búsqueda a través de lecturas, películas o cursos, por ejemplo, y a otros se les desencadenan los procesos cuando se encuentran ante los grandes desafíos de la vida que les mueven los cimientos, y los invitan a desarrollar otros modos de estar y ser en la vida.
Esos cimbronazos son, a veces, las invitaciones más fuertes e irresistibles para comenzar un proceso de transformación personal. Desde el paradigma en el cual la persona está viviendo, se hace imposible continuar, por eso, la transformación se hace inevitable. O cambia, o sucumbe a una depresión, por ejemplo.
¿Cómo podemos afrontar la resistencia a la transformación?
-Las personas tienen derecho a elegir si desean o no desean cambiar o transformarse. De todas formas, el contacto con otras personas y la vida misma hacen inevitable que simplemente por un proceso de adaptación algunas cosas se modifiquen. Es interesante notar que podemos resistirnos a muchas cosas, hasta que la vida empieza a doler mucho, después de una enfermedad propia o la de un ser querido, un accidente, una pérdida personal, laboral o económica, es decir, la tan famosa “noche oscura del alma”, las posibilidades de una transformación son mayores. Es darnos cuenta de que con el modelo o forma de ser y vivir anterior no nos alcanzan los recursos conocidos para comprender y sobrevivir a lo que sucedió. Son momentos en los cuales nos preguntamos acerca del sentido de la vida, y tenemos chispazos de luz en relación con nuestro propósito.
¿Cuál consideras es el rol de las organizaciones frente al desarrollo del talento? ¿O es un proceso únicamente del individuo a trazar?
-Son preguntas muy interesantes. Por un lado, los procesos internos son puramente internos. Sin embargo, el entorno tiene una gran influencia y sirve como despertador. Cuando en una empresa, por ejemplo, se invita a los colaboradores a un taller, curso, entrenamiento o proceso de coaching, de eso que muchos llaman “disciplinas blandas” y a mí me gusta llamar “disciplinas esenciales”, suceden muchas cosas interesantes.
En todos estos últimos años estuve asistiendo procesos que no habrían ocurrido si Recursos Humanos no hubiera abierto la puerta a ese tipo de conversaciones, no digo que las personas no lo habrían podido encontrar por otra parte. Lo que digo es que, en muchos casos, ese minitaller, fue la gran invitación a la apertura, a la pregunta inspiradora, a entender la vida de otra forma, a pensar-se en forma más sabia.
¿Cómo piensas que se debe transformar el liderazgo en este entorno donde estamos distanciados y se pierde el contacto de oficina?
-En estos momentos es esencial el liderazgo hacia la conexión -y no estoy hablando de la conexión de Internet- estoy refiriéndome al desarrollo de la ecología personal de acompañamiento, de comunicación, de escucha, de presencia. Si bien esto siempre ha sido necesario, en estos momentos se hace imprescindible. Entender las necesidades del cola borador que está en casa haciendo magia para equilibrar su vida personal, su familia, los trabajos de mantenimiento de su casa y las de la empresa, y estar presentes no solo en reconocimiento, apreciación y gratitud sino en brindar espacios de contención, acompañamiento de parte de profesionales del coaching o psicólogos, pausas activas, y todo lo que se les ocurra para hacer estos tiempos más llevaderos.
¿Cuáles consideras son los principales desafíos para llevar las ideas a la acción? Para pasar de la intención a la acción es imprescindible creer que es posible.
Este es el primer gran paso, que nos habilita a hacer todo lo necesario para lograr lo que nos proponemos. Los desafíos pueden ser internos o externos. Los externos son los más fácilmente solucionables: conseguir fondos, aliados, socios, materias primas. Todo eso está disponible siempre y cuando nuestro “software” interior nos habilite para reconocerlos. El mayor desafío para acceder a todo eso que está allí afuera, esperándonos, es volar por encima de los desafíos internos. Estos últimos requieren de nuestro liderazgo personal: el saber desafiar creencias limitantes, pensamientos de imposibilidad, y conversaciones internas que nos succionan energía. Para poder vivir la vida que queremos, es preciso alimentar nuestro fuego interior, estimular nuestra creatividad para resolver lo inesperado, fluir como el agua y, a la vez, tener la solidez de una montaña. Saber volver a nuestro centro, por ejemplo, a través de la conciencia de nuestra respiración, es uno de los recursos internos más valiosos.
¿De qué manera conectarnos con nuestra energía femenina nos apoya en encontrar nuestro propósito?
-Hombres y mujeres podemos conectar con la energía femenina, que es intuitiva, fluida, está en contacto con las emociones, busca compartir y hacer conexión. No se trata de género, sino de energía. El nuevo liderazgo tiene que ver con esto: una energía cíclica que sabe reconocer cuando estar “a full” y cuando aflojar y descansar, cuáles son los momentos para producir y cuáles son los momentos para preparar terrenos, sembrar y esperar pacientemente. Con cualquiera de las dos energías (masculina o femenina) podemos conectar con nuestro propósito, y si equilibramos las dos, la potencia es mucho mayor. Conectando con nuestra visión y estando alineados con nuestro propósito, llenamos de buen combustible nuestras metas y proyectos.
Laura, ¿cómo fue tu proceso de transformación ante la pandemia?
-En mi caso, tuve que mudar toda mi práctica a lo digital, si bien hace años doy cursos y entrevistas de coaching en forma online, había muchos contenidos que los tenía diseñados para entornos presenciales. Mi grata sorpresa fue descubrir que esto me permitió poder llegar a muchas más personas que no están en mi ciudad y hacía años estaban esperando la oportunidad de hacer algún curso conmigo. Algunas decisiones en relación con este tema que estaban en stand-by se aceleraron y en una semana todo estaba listo para ser brindado en forma virtual. Ahora el alcance es mayor, lo cual me resulta altamente positivo.
Laura Szmuch
Es facilitadora de procesos de aprendizaje y transformación personal. Educadora, coach, entrenadora de PNL (Programación Neurolingüística), instructora de Integrative Yoga (con especialización en Yogaterapia), yoga para niños, entre otras formaciones.
Magíster en Psicología Cognitiva y Aprendizaje (FLACSO en convenio con la UAM).
Capacita y entrena a profesionales que buscan optimizar su desempeño y alcanzar vidas más plenas.