Los datos y la tecnología están moldeando el futuro de las organizaciones, Diana Saucedo se mantiene firme en su creencia de que el liderazgo auténtico requiere más que algoritmos: necesita empatía.
Desde que era una niña, Diana Saucedo ha sabido que quería trabajar con personas, y eso la llevó a convertirse en una figura clave en la evolución del talento dentro de la industria. Pero su historia no se queda ahí, además de ser una madre comprometida y apasionada por su trabajo, ha logrado adaptarse a los cambios tecnológicos, integrando herramientas avanzadas en su día a día para mejorar el rendimiento de sus equipos. Diana nos cuenta cómo la tecnología ha redefinido el liderazgo y el significado de ser vulnerable en un mundo dominado por los datos.
Cuéntanos un poco de tu historia y tus inicios…
Soy originaria de Saltillo, Coahuila, y desde pequeña tuve claro que mi vocación era trabajar con personas. A pesar de que mi familia no estuvo completamente de acuerdo con mi decisión de estudiar psicología organizacional, especialmente mi papá, decidí seguir mi pasión. Al principio, estudié ingeniería en alimentos, pero rápidamente me di cuenta de que no era lo mío. Fue una experiencia reveladora: me encontraba en laboratorios todo el tiempo, sin la interacción humana que tanto me motivaba. Un día, me armé de valor, me fui al centro de orientación universitaria y decidí cambiarme de carrera. Psicología organizacional fue la opción perfecta, ya que combinaba mi interés por entender a las personas y cómo influir en ellas dentro de una organización. Desde entonces, mi carrera ha sido una serie de aprendizajes y logros. Comencé trabajando en CEMEX, luego en Kraft Foods en Estados Unidos, y después en Heineken, siempre en posiciones clave relacionadas con el desarrollo organizacional y recursos humanos. Hoy, soy responsable de liderar equipos enormes y de influir en la vida de miles de personas, algo que no cambiaría por nada.
¿Cuál ha sido la lección más importante que has aprendido a lo largo de tu carrera en términos de liderazgo y gestión de personas?
Sin duda, la lección más importante que he aprendido es la importancia de la vulnerabilidad en el liderazgo. Al inicio de mi carrera, pensaba que un buen líder era aquel que tenía todas las respuestas y siempre sabía qué hacer, pero con el tiempo descubrí que no es así. Ser vulnerable no es una debilidad, sino una fortaleza. Aceptar que no lo sabes todo abre las puertas a que tu equipo te aporte ideas nuevas, que te desafíen y que juntos encuentren las mejores soluciones. Además, este enfoque crea un ambiente de trabajo mucho más humano, donde cada persona siente que puede contribuir sin miedo a equivocarse. En mi equipo, todos saben que no tengo la respuesta a todo y que pueden retar mis ideas cuando sea necesario. Esto ha permitido una relación mucho más cercana y auténtica. Hoy, más que nunca, creo que es crucial que los líderes se muestren como personas reales, con sus propias limitaciones y con la capacidad de delegar y confiar en sus equipos. Esa confianza es lo que realmente permite a las personas crecer y a las organizaciones prosperar.
La gestión de recursos humanos ha evolucionado considerablemente con la tecnología y las herramientas de análisis de datos. ¿Cómo las has integrado en la gestión del talento y cultura organizacional?
La tecnología ha transformado muchos aspectos de la gestión de recursos humanos, pero lo que he aprendido es que, aunque los datos son esenciales, la esencia del trabajo con personas sigue siendo la conexión humana. En nuestra organización, utilizamos herramientas de análisis de datos para entender tendencias, anticipar necesidades y tomar decisiones más informadas. Sin embargo, siempre insisto en que esos datos necesitan ser interpretados desde una perspectiva humana. La tecnología nos ha permitido ser más eficientes, especialmente en procesos como el reclutamiento y la evaluación del desempeño, pero nunca podemos olvidar que detrás de esos números hay personas. Por ejemplo, hemos comenzado a integrar inteligencia artificial en algunas áreas de recursos humanos, como la selección de talento, lo cual nos ha permitido acelerar procesos y mejorar la calidad de las contrataciones. Sin embargo, mi equipo y yo siempre revisamos esos datos para asegurarnos de que realmente estamos tomando las decisiones correctas para nuestra cultura organizacional. Para mí, la innovación debe ser un complemento de la empatía, no un sustituto. Los sistemas nos dan una ventaja competitiva, pero el liderazgo humano es lo que realmente impulsa el éxito de cualquier organización.
Mirando hacia atrás, si pudieras darle un consejo a tu versión más joven, cuando recién comenzabas en Recursos Humanos, ¿qué le dirías?
Le diría que tenga paciencia. Cuando empecé, tenía una gran pasión por lo que hacía y quería que todo sucediera rápidamente, que los resultados fueran inmediatos. Con el tiempo, aprendí que, en recursos humanos, y especialmente en los procesos de cambio cultural, todo toma tiempo. Los grandes cambios, los que realmente importan, no suceden de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere paciencia, consistencia y mucha observación. Me acuerdo de que solía estresarme cuando las cosas no salían como esperaba o cuando el impacto de mi trabajo no era visible de inmediato. Hoy, entiendo que cada pequeña acción, cada decisión que tomas en el presente, tiene un impacto a largo plazo. Es como cocinar a fuego lento: hay que darles tiempo a los ingredientes para que desarrollen su mejor sabor. Así que, si pudiera hablar con mi versión más joven, le diría que mantenga la calma, que siga apasionada por su trabajo, pero que confíe en que los resultados llegarán, siempre y cuando sea paciente y mantenga su enfoque a largo plazo.
¿Quién es Diana?
Cargo: directora de Recursos Humanos.
Signo del zodíaco: Géminis.
¿Dónde vives?: CDMX.
¿Tienes hijos?: Eugenia (4 años) y Rocco (1).
¿Mascotas?: Tito, un Weimaraner.
Comida favorita: Chilaquiles de desayuno.
Edad: 43.
Hobbies: Estar con mis hijos en una tarde tranquila, jugando con ellos.
UN POCO DE ROCK:
¿Un lugar donde te gustaría vivir para inspirarte a evolucionar?
Una playa.
¿Cuál es esa pasión secreta que pocos conocen de ti?
Amo cantar y la cosmetología.
Si tu vida fuera una playlist, ¿qué canción no podrían faltar?
Come away with me – Norah Johns.
¿Qué color te representa mejor como persona?
Blanco.
¿Cuál fue el primer dispositivo tecnológico que te impactó y cómo influyó en tu carrera?
El Blackberry.
¿Tienes algún ritual o hábito que mezcle lo analógico con lo digital?
Escribir en mi celular mis notas presentes y a futuro.
