Aunque no lo tenía en mente, Elena Cerón se convirtió en una emprendedora exitosa y hoy es Co-Fundadora y directora de Consultoría en People Awareness: “Un día descubrí que tenía voz y que podía impactar, estar al servicio del otro”.
¿Quién es Elena y cuál es su historia?
Me considero una persona con muchas bendiciones, tengo muy buena memoria y yo salí de la estadística porque soy la primera de mi familia que logró estudiar en la Universidad. Con mucho esfuerzo estoy donde estoy. Tuve una figura muy importante, mi madrina, que me acompañó y acompaña en la vida. Un día, en un evento, descubrí que tenía una VOZ, y que podía impactar, estar al servicio del otro. Busco vivir mi propósito al máximo en todos mis roles en la vida.
¿Qué te inspira en tu vida personal y en tu vida profesional?
En lo personal, agradezco que soy libre, que soy amada y que tengo salud. Me inspira que hay posibilidad de acompañar al otro y de aprender constantemente. Me desafía construir soluciones a medida, me inspira la confianza que otros han puesto en mí, y ser referente. También la capacidad del cambio en el ser humano y poder traer al mundo organizacional esta oportunidad de humanizar. Y en el fondo está mi familia, todo es un ecosistema.
¿Qué cambio hubo en tu vida que te hizo conectar desde otro lugar con las personas?
Yo trabajé desde muy chica. Y sí, recuerdo que trabajaba en RH en una multinacional top de tecnología, y un día vino una jefa muy orientada a los resultados y yo, estaba mucho más orientada hacia las personas. Entonces chocábamos todo el tiempo, y yo sentía que lo que hacía no tenía valor y me enganché con eso. Sentí que yo no lo tenía y perdí el rumbo. Ella me encontró otro trabajo, en otra empresa de tecnología, y yo me puse contenta porque necesitaba irme a un lugar que pudiera hacer algo. Y ese nuevo jefe me vio de manera diferente. Ahí me redescubrí, entendí que ser persona tiene un impacto en los negocios. No solo valen tus conocimientos y tu capacidad, sino preguntar la manera en que escuchas y conectas con el otro. Es impactar positivamente.
¿Qué herramientas utilizas para reclutamiento y coaching?
La única herramienta que uso es PDA. Conocí el PDA Assessment y soy una fanática. Primero, era super escéptica, pero una compañera de coaching me dijo por favor hablemos de esto… y me encantó por todas las posibilidades que tiene. Se ha vuelto un pilar para Coaching, para Training, para Change Management… se ha vuelto un pilar para ayudar a las personas a conectar porque cualquier característica que tengas es positiva. Es tomar consciencia y entender qué puedes hacer a partir de ese conocimiento. En más de diez años, siempre lo ponemos sobre la mesa, es maravilloso. Ser el medio para que alguien puede conocerse. Es tan cercana, es tan simple.
¿Cómo nació People Awareness hace 5 años? ¿Cómo fue el crecimiento?
Fue una respuesta a todos los que estuvimos involucrados en su origen, a poder consolidarnos… todos teníamos muchos años de experiencia y sabíamos que había algo importante qué podíamos hacer con eso. Hemos crecido en el propósito de transformar a quienes transforman tu organización. Los pilares son el aprendizaje, la consciencia y la posibilidad. El crecimiento fue sorprendente en salud financiera, pero también en los clientes, porque han llegado orgánicamente, que nos buscan, porque nos recomiendan. Logramos migrar de una marca personal a una marca profesional. Este año tenemos que duplicar nuestros resultados en ventas, logos, rentabilidad y que el equipo crezca.
¿Cuál es tu opinión sobre el liderazgo femenino en la actualidad a nivel mundial?
Hay muchas respuestas, pero desde un lugar crítico aún falta muchísimo por hacer, pero antes hay que hablar de la inclusión, la seguridad, el respeto a su identidad… el que el ser mujer no sea algo que haya que defender. ¿Cuándo fue el origen, a dónde se rompió este balance entre el hombre y la mujer?
Las mujeres tenemos la oportunidad de crear comunidad en un equipo, una organización, tener una voz firme… El desafío es ser mujer, brillar, aportar desde donde somos sin perder nuestra identidad para ser aceptadas en un mundo masculino. Y ya no es solo hombre y mujer, ya está abierto y hay lugar para todos. La mujer es la fuerza, la garra… la combinación de la resiliencia con el corazón es fundamental.
¿Y en México? ¿Cuán lejos está Latinoamérica a nivel mundial?
Trabajo con mujeres de toda Latinoamérica, y podemos poner a Argentina y a Chile en otra cajita. En México tenemos la dualidad porque en la sociedad vivimos en un matriarcado, pero el mundo organizacional es un patriarcado. Ha ido mejorando, pero queda mucho por trabajar. En las entrevistas seguimos escuchando… “¿y quién va a cuidar a tus hijos?”, como si fuera solo tema de la madre. Hay una frase que dice: para criar a un niño se necesita una tribu, pero no es una tribu de mujeres, es madre, padre, abuelos, educación…
En México hay una gran oportunidad en conectar y creer en nuestro potencial, que nuestro crítico interno, hay que trabajarlo. Pero también escuchar a la otra voz que dice que ¡¡sí, puedes!!
Hoy hay muchas historias de mujeres líderes que a través de diversas historias han llegado a este lugar, son historias que debemos escuchar, volver cercanas, replicar lo que ha funcionado.
¿Cómo vienen las nuevas generaciones?
Hay un movimiento con mucha fuerza, que cuestiona, que no se conforma con la manera en que hemos vivido en nuestra sociedad (mexicana). Todos los que tenemos hoy una responsabilidad tenemos un compromiso en dejar una estructura, un sistema mucho más limpio de sesgos, dejar un espacio de posibilidad.
¿Cuáles crees que son los principales desafíos para contribuir a la diversidad e inclusión en la cultura de las organizaciones?
Son los sesgos con los que nos criamos, qué es bueno, qué es malo, la resistencia a intentar algo nuevo. Mientras no renovemos nuestros conceptos internos y sigamos viendo las cosas con ojos de evaluación y clasificación, nos será complicado avanzar. Las organizaciones tenemos que hablar de qué nos pasa, resignificar y crecer en la mentalidad, no solo de nuestros hábitos.
Y lo otro que tenemos que dejar de pensar, es que todo puede ser inmediato. Los cambios necesitan tiempo, no urgencia. Necesitamos hacer la pausa para experimentar, descubrir e implementar.