“Los unicornios no existen, pero yo he visto muchos”, con esa frase comenzó el discurso de cierre de año, Jaime Díaz el CEO de nuestra organización.
Por Julieta Cumbo |CMO en PDA International
“Los unicornios no existen, pero yo he visto muchos”, con esa frase comenzó el discurso de cierre de año, Jaime Díaz el CEO de nuestra organización.
En ese momento, lo primero que hice fue mirar los rostros de mis compañeros y ver cómo la llama interna se volvía a encender. Me emocioné. Ellos también. Lo podía ver en sus miradas.
El 2020 sin dudas, fue un año de muchos desafíos, ¿para qué mentir? También de muchos errores, frustraciones, decepciones, pero definitivamente un año donde aprendimos a aprender. Un año donde decidimos morir a lo establecido, a lo seguro a lo conocido y elegimos los riegos que queríamos correr.
Nos convertimos en una empresa más consciente, una organización viva, con pasiones, emociones y sueños. Una empresa mucho más humana, y al mismo tiempo aceleramos el cambio, nos hicimos cargo, dejamos de guiarnos solamente por lo planificado y aceptamos los escenarios de constante reorganización. Nos convertimos en hacedores de nuestra propia realidad.
Así nació Rocking Talent, en una interminable búsqueda de disrupción descontrolada, queriendo llevar ritmo a todas las conversaciones, logrando el ruido y la incomodidad suficiente para generar el cambio necesario para llegar al 2021, distintos.
En esta edición queremos contagiar esa llama que volvió a arder en nosotros, queremos introducirte en nuestros sueños, que seas parte de ellos, porque definitivamente solos no llegamos a ningún lugar. El crecimiento sí o sí es colectivo.
Hoy queremos celebrar la pasión, la disrupción y las ganas de cambiar el mundo. Queremos reconocer a los líderes que se reinventaron, que crearon nuevas identidades y eligieron ser protagonistas del futuro. Queremos contribuir a nuestra comunidad con las experiencias más ricas y finalmente queremos desafiar a vivir una vida sin límites, donde la pasión gobierne nuestros pensamientos, comportamientos y nos demos cuenta de que para el que cree nada es imposible.
¡Sigamos poniéndole ritmo a nuestras vidas!