Felipe Peralta Fuentes, cariñosamente llamado «El Pera», es un sociólogo chileno cuya carrera refleja una profunda comprensión del comportamiento humano y una inquebrantable pasión por mejorar la vida laboral de las personas.
Este sociólogo chileno, con una mente brillante y una pasión por la innovación, lidera el departamento de Talento y Cultura en FinFast, transformando la manera en que las organizaciones piensan y operan. Desde Santiago de Chile, Felipe nos abre las puertas a su mundo, donde la tecnología y la empatía se fusionan para crear entornos laborales excepcionales. Nos comparte cómo su pasión por la sociología y su interés por el comportamiento humano lo llevaron a dedicarse a mejorar las culturas organizacionales. Con influencias literarias como «Cien años de soledad» y cinematográficas como «La odisea de los giles», Felipe ha desarrollado una visión única y humanista en su trabajo. A través de la planificación diaria y el uso de herramientas tecnológicas, se esfuerza por crear ambientes laborales que promuevan la satisfacción y el bienestar de los colaboradores.
¿Podrías compartir un poco sobre tu historia personal y qué te inspiró a seguir una carrera en tu campo actual?
Cuando me tocó decidir estudiar una carrera en Chile, estaba en 4° medio y uno debe elegir antes de rendir la prueba para ingresar a la universidad. Recuerdo que en ese momento decidí estudiar sociología. Siempre me ha llamado la atención el comportamiento de las personas, los grupos, los equipos y la sociedad en general. Me intrigaba entender por qué la gente actúa de cierta manera y cómo cambian las cosas a nivel social. Cuando comencé mis estudios, tuve una cátedra de sociología organizacional que me impactó profundamente. Me di cuenta de la cantidad de tiempo que las personas pasan en el trabajo y lo crucial que es para su realización personal y familiar, así como para su entorno. Por eso, cuando ingresé al mundo laboral, me enfoqué directamente en las organizaciones. De hecho, podría decir que padezco de «organizacionitis», ya que me fascina cómo cada cultura organizacional influye en las personas.
Y una vez que entraste en el mundo laboral, ¿qué experiencias reforzaron tu interés en este campo?
Cómo el trabajo puede influir tanto en la satisfacción de las personas, en sus hijos, en la familia, en la sociedad completa. Entonces ahí es donde me inspiré a trabajar en este campo y la verdad que no me he equivocado. Creo que todos los días me desafía. Creo que todos los días hay algo nuevo. Creo que todos los días uno puede sacar una sonrisa y ayudar a una persona en cualquier momento. Desde su etapa laboral, desde el ingreso a un trabajo hasta incluso la desvinculación, uno puede generar ayuda y aconsejar un proceso de salida que sea lo más satisfactorio también para la persona. Creo que acerté un 100% y es un campo de acción que me genera mucha felicidad y un desafío constante.
¿Recuerdas un momento específico en tu carrera donde tuviste una epifanía que cambió tu perspectiva sobre tu trabajo o tu industria?
Varias veces me he enfrentado a desafíos importantes porque las personas y las organizaciones son cambiantes. No trabajamos con procesos o documentos, sino que tratamos con un mar de emociones humanas. Sin embargo, hay una experiencia que recuerdo en particular. Estaba trabajando en un proceso de cambio significativo en una empresa financiera con muchos recursos, cuando recibí una llamada de una firma de cazatalentos. Me invitaron a participar en un proceso de cambio en una ONG muy importante, la más destacada del país, que tiene un gran impacto en la sociedad y trabaja con las personas más vulnerables. Esto ocurrió hace muchos años, y me enfrenté a este desafío con todas las herramientas y conocimientos que había adquirido en otras organizaciones y a través de mis estudios, pero esta experiencia me vinculo nuevamente a las raíces, a la importancia del propósito en todo lo que hacemos, es fundamental no perder nunca de vista del propósito y los valores en las empresas independiente de la industria a la que pertenezca.
En un mundo cada vez más tecnológico, ¿cómo encuentras y mantienes la conexión humana en tu trabajo diario?
Uf, es un tremendo desafío, especialmente en nuestra industria fintech, donde la tecnología es nuestro norte para solucionar los problemas de la gente. Pero en nuestro caso, también nos ayuda en nuestra estructura organizacional y en nuestra cultura.
¿Por qué nuestra estructura? Porque tratamos de mantenerla lo más plana posible, básicamente para tener respuestas rápidas y certeras para nuestros clientes. En cuanto a nuestra cultura organizacional, buscamos ser cercanos y amigables, no solo con nuestros clientes, sino también entre nosotros. Esto no es solo una fachada, sino algo que debemos vivir diariamente.
¿Cuál ha sido el proyecto de transformación digital en recursos humanos que más te ha desafiado y qué aprendiste de esa experiencia?
Son varios los desafíos que enfrentamos en este tema. Uno de los proyectos de transformación digital más desafiantes fue cuando me tocó trabajar en una minera. Aquí en Chile, las mineras tienen muchos recursos y en esa ocasión teníamos que implementar un proceso de transformación digital significativo para dejar de lado los instrumentos manuales que hacían perder tiempo. Nuestro objetivo era cambiar el chip de las personas para que adoptaran la tecnología en áreas como la seguridad, la gestión y la administración. Fue un proceso complejo, pero crucial para optimizar las operaciones y mejorar la eficiencia.
¿Cómo respondieron los colaboradores a estos cambios?
Fue súper interesante porque los ejecutivos nos decían que los colaboradores no aceptarían el cambio, ya que estaban acostumbrados a lo manual. Sin embargo, tuvimos conversaciones profundas con el equipo, donde los motivamos y les mostramos la importancia de estas herramientas y lo que significarían para su trabajo. La verdad es que la hipótesis de los ejecutivos fue totalmente errónea. Los colaboradores empezaron a trabajar con la tecnología, se sentían muy orgullosos y hasta mostraban en casa lo que estaban utilizando, sacando fotos con sus celulares y compartiendo sus experiencias. Fue muy gratificante ver cómo adoptaban las nuevas herramientas y se enorgullecían de su uso.
¿Y cómo lograron superar la resistencia de los ejecutivos?
Lo que más nos costó fue trabajar con los ejecutivos y líderes. Si los cambios no están en la cabeza del líder, no funcionan. Tuvimos que hacer un trabajo mucho más intenso de coaching, mostrarles cómo trabajaban sus colaboradores y permitir que estos también les enseñaran. Fue un proceso de transformación muy bonito y sorprendente, ya que la hipótesis resultó ser totalmente al revés. Los colaboradores aceptaron el cambio rápidamente, mientras que nos costó mucho más cambiar el chip de los ejecutivos. Ver a los líderes aprender de sus equipos y adaptarse fue una experiencia muy enriquecedora.
¿Quién es Felipe?
Apodo: El pera.
Profesión: Sociólogo.
Cargo: Gerente de Talento y Cultura.
Signo del zodíaco: Acuario.
¿Dónde vives?: Santiago de Chile.
¿Tienes hijos?: Gabriel de 4 años, y uno que viene en camino.
Comida favorita: Pastel de choclo, Pad Thai.
Edad: 40.
Hobbies: Gastronomía, me gusta probar nuevos platos de comida. Leer, y el futbol.
UN POCO DE ROCK:
¿Cuál es el libro que más ha influido en tu vida y por qué?
100 años de soledad, fue un libro que me marco mucho.
¿Una película que te inspire a seguir avanzando?
La odisea de los giles, una película argentina que nos muestra la importancia de los equipos.
¿Un lugar donde te gustaría vivir para inspirarte a evolucionar?
Chiloé.
¿Cuál es el hábito diario que te mantiene enfocado/a?
Todas las mañanas después de dejar a Gabriel en el jardín, planifico mis temas más relevantes. Me parece super importante tener un espacio para planificar.
¿Una herramienta tecnológica que consideras esencial para tu trabajo?
Microsoft Teams, me permite mantener el contacto constante con todos nuestr@s colaborador@s.
¿Qué color te representa mejor como persona?
Naranjo.