Fernando Zallocco emprendió un nuevo desafío hace 7 meses cuando decidió mudarse con su familia a Alemania para asumir el cargo de Global Head of Talent en Boehringer Ingelheim. Una hermosa historia para conocer y aprender.
Aunque él aún no se distinga como emprendedor, Fernando Zallocco definitivamente lo es. Tiene 43 años, casado, dos hijos, una familia numerosa con padres y otros 4 hermanos varones –todos de segundo nombre Martín, cuya tradición sigue con sus hijos y los hijos de sus hermanos-. De Monte Buey, un pueblo ubicado al Sudeste de Córdoba donde nació y se crió, armó sus primeras valijas a los 17 años para irse a estudiar a Rosario, luego le siguió el trabajo en Buenos Aires y hace 7 meses que llegó a Wiesbaden, Alemania, para asumir el rol de Global Head of Talent en Boehringer Ingelheim. “Yo no me considero un emprendedor. Hay un eje que necesito de seguridad y control. Soy y disfruto de tomar la iniciativa y tener conversaciones que me (nos) lleven a otro lugar, pero no me siento a la altura de un emprendedor de iniciar por ejemplo un nuevo negocio. Si lo pienso un poco más, soy un catalizador”, asegura este admirador de la música británica.
Empecemos por el principio, ¿cómo es la historia de que vos y tus 4 hermanos se llaman Martín como segundo nombre?
Es una historia muy curiosa y en definitiva no sabemos por qué nuestros padres decidieron ponernos a los 5 hijos Martín como segundo nombre, no sabemos quién es Martín, qué sucedió (se ríe con ganas) … Se supone que era un amigo de mi papá, pero mi mamá dice que no lo conoce. En mi familia hubo algo con los nombres, de hecho, Horacio se llama así porque cuando nació estaba un electricista Horacio trabajando en la casa, y el más chico se llama Javier porque un alumno de mi mamá le dijo que se tenía que llamar así. Y bueno, somos todos Martín (Guillermo, Fernando, Diego, Horacio y Javier). Y lo loco es que yo a mis dos hijos también les puse Martín de segundo nombre, uno de mis hermanos hizo lo mismo con sus hijos y otro, que tuvo una mujer, le puso Martina. Se volvió algo gracioso familiar. Vengo de una vida de mucha familia, somos muchos primos, reuniones familiares enormes desde muy chico (con 40 y 50 personas), algo que disfrutamos mucho.
Aclarada la hermosa historia de los Martín, contanos un poco de tu historia, tus comienzos, tu crecimiento…
Estudié la secundaria y me gradué de Perito Mercantil. Siempre me gustó meterme en temas que estén vinculados con hacer algo, tomar la posta e ir para adelante, al punto de que fui presidente del Centro de Estudiantes en el colegio. Lo mismo en mi casa, el ser segundo hijo te convierte en algo así como el brazo extendido de tus papás porque éramos un montón, y eso también me gustaba… Tengo un grupo de amigos grande, nos juntábamos todos los fines de semana y más, hacíamos asados, salidas en todo momento, viajes… En los deportes nunca fui muy bueno, siempre insistí, con disciplina y práctica para que salga, pero aún así no brillaba. Mi mamá es bióloga, mi papá abogado, siempre quisieron tener una familia grande (o al menos eso nos contaron) y lo priorizaron, así fue que decidieron ir a Monte Buey. ¿Imaginate una bióloga en Monte Buey? Solo pudo dedicarse a dar clases de biología. Mi papá siempre además fue muy emprendedor y siempre admiré esa parte suya, la de conectar gente, él junta, atrae, tira ideas y luego las desarrolla. Es un ser muy social. Me fui a Rosario a estudiar (tenía que ser cerca de Paraná, a donde estaba mi hermano mayor) y me recibí en la carrera de Ciencias Empresariales…
¿Y cómo arrancó tu inserción en el mundo laboral, como entraste al mundo HR?
Mi primera experiencia fue una pasantía en Rosario en John Deere y luego ingresé a General Motors… lo loco es que yo en ese momento pensaba que había que eliminar al área de Recursos Humanos, no entendía para qué estaba. Y acá estoy, en ese rubro desde hace 20 años. ¿Cómo fue esa transformación? Tuve grandes jefes y jefas mentores, que me pudieron transmitir y me ayudaron a conectar con el área, y más aún, con el impacto que podemos generar a través de ella en el mundo de las empresas. Yo estudié Ciencias Empresariales porque buscaba algo que conecte las finanzas con la gente para generar valor y, sobre todo, un impacto. Luego apareció una oportunidad para trabajar en Buenos Aires y agarré una valija, un colchón inflable y me fui a la Capital a trabajar a Air Liquide.
¿Cómo fue esa llegada a Buenos Aires?
Fue un flash, siempre me gustaron las ciudades grandes, el movimiento, la adrenalina que generan… la entrada a Buenos Aires con todas las luces de la Panamericana… llegué y dije “yo quiero estar acá y generar un impacto”. Fui a vivir a un departamento de un amigo de mi hermano, luego me mudé solo y trabajaba un montón. No conocía a nadie, no tenía vida social, tenía 23 años… hasta que hice el posgrado de gestión Estratégica de Recursos Humanos en la Universidad de San Andrés y ahí me armé un grupo de amigos único. Luego pasé a Siemens y en esos 10 años crecí mucho, hice y me dejaron hacer de todo, hasta pude entender y empezar a “disfrutar” con la parte más política de la empresa. Hoy miro para atrás, luego también de mi paso por Thomson Reuters, y veo que todo el camino no fue simple ni fácil, pero me abrió muchas puertas a través de mucha gente que valoro y a las que estoy súper agradecido.
Hace 7 meses que decidiste emprender un cambio importante, no solo de posición en Boehringer Ingelheim sino yéndote a vivir a Alemania con toda la familia…
Estoy cumpliendo un sueño que tenía ganas desde hace tiempo, que era vivir en el exterior con mi familia… y por suerte me están acompañando – ¡que es un montón! – Hoy estamos viviendo mi sueño, adaptándonos, y por primera vez en mi vida, siento que estoy tranquilo con no saber que puede venir después de esta experiencia.
En todas las empresas que estuviste y las posiciones que atravesaste, ¿dónde sentís que pudiste empezar a poner tu sello?
Siempre sentí que me habilitaron para opinar, sumar y más aún hacer. Tuve la chance de tener mucha exposición desde muy chico, me siento y me sentía cómodo con eso, con el riesgo que conlleva, nunca me generó un temor particular, aunque si stress. Hubo gente que me empujó y que me dio un voto de confianza. La impronta más grande y donde aprendí mucho fue con el puesto regional en Siemens, ahí tuve una exposición real hasta a otras culturas. Ahí entendí que la única forma de que las cosas salgan es haciéndolo con otros.
¿Cómo describirías vos tu liderazgo, tu forma de trabajar, qué te gusta proponer?
Para mí son fundamentales dos cosas. Una, ponernos de acuerdo hacia dónde queremos ir y qué queremos lograr, es la única forma de generar el impacto. Y la segunda es darnos la libertad como equipo para ir para adelante y en la dirección y el impacto que acordamos. Suelo ser intenso, sobre todo en el resultado y el impacto que nos proponemos. Una de las cosas que aprendí en Boehringer es que cuando construís una dirección clara y compartida, siendo coherentes y consistentes en esa dirección, al cabo de un par de años los resultados y el impacto emergen con una fuerza que no lo podés creer.
¿Qué impactos sentís que lograste?
Este rol que tengo es un poco nuevo, en el anterior lo que logramos fue un equipo muy consolidado que dio pasos significativos en un pensamiento estratégico y de impacto para adentro y fuera de la organización, en donde en las decisiones de empresa, las que se tenían que tomar, estábamos presentes conectados con los impactos en la gente de esas decisiones. Logramos tener un nivel de compromiso mayor al 95% con prácticas y gestión un paso más adelante del mercado. Y voy por el mismo camino en este nuevo puesto global.
Todos tenemos referentes en la música, el arte o el cine que nos inspiran. ¿Puedes compartir un referente inesperado que haya influido en tu enfoque como líder?
De todas las personas que pude cruzarme en la vida, puedo decir que una gran parte de ellas me impactaron en algo. En un momento de mi vida había entrado en un lugar muy de pedante, sentía que ya no tenía que aprender nada, y decidí cambiarlo, después de mucha reflexión con mi actual coach. Le cambié la mirada, aprendí a ser más curioso en las interacciones para explorar qué puedo aprender de cada interacción. Esta búsqueda constante creo que es la esencia para catalizar y en fin emprender.
¿En qué momento te sentiste emprendedor, dentro de un rol corporativo?
Todo el tiempo tengo ideas… en mi anterior trabajo me llamaban “el audio de las 8”, porque a esa hora le mandaba un audio a mi equipo con diferentes ideas que me iban surgiendo. Te doy un ejemplo concreto: en un momento veníamos con una agenda de impacto social, había otra de innovación, y otra de talento… Y me surgió la pregunta de ¿por qué no hacemos todo junto? A la gente que tiene una intención de generar un impacto la hicimos parte de nuestra estrategia de desarrollo de talento; para construir innovación generamos un espacio donde hubo grupos de diferentes afinidades y desarrollaron una agenda propia para ejecutarla con la realidad de negocio que tenemos. Y eso generó un círculo virtuoso enorme, y generamos un impacto mucho más grande. ¡Al final del día, la gente que forma parte de la empresa es una sola pero la que podemos impactar es mucha más!
La revista Rocking Talent se trata de inspirar a otros a alcanzar su máximo potencial. ¿Qué consejo les darías a los jóvenes profesionales?
Que se apalanquen en el sistema, es más fácil generar los cambios desde adentro que desde afuera. Esta revolución tecnológica que estamos viviendo es para quien pueda entender que, en la combinación de la tecnología y el vínculo social, se marca la diferencia. El resto va a ser estándar. Ahí tenemos una deuda pendiente desde la pandemia, el mundo perdió capital social. Para poder hacer una diferencia, yo no descubrí mejor forma que hablando con el otro. Yo uso hoy chat GPT, pero la magia con el chat la lográs no en la primera interacción, que es estándar, sino cuando seguís interactuando y, aún más, cuando pensás preguntas en equipo y sobre esas seguís iterando… Creo que las nuevas generaciones van a tener que realizar un esfuerzo extra para desarrollar este capital social que creo en parte se perdió. Y las empresas también tenemos una responsabilidad enorme para volver a construirlo.
¿Cómo se trabaja en equidad e inclusión en otros países?
El tema en Alemania es una realidad y está sobre la mesa. Creo que las nuevas generaciones tienen una mirada distinta, rompieron muchas barreras y los admiro por la mirada que tienen. Hay mucha conciencia y educación, pero le gran desafío es que se refleje la mirada en las políticas y procesos que se ejecutan día a día. Las empresas podríamos ser más disruptivas que impulsen a salir de los lugares comunes.
¿Qué significa para ti la palabra emprender?
Creo que es dar un paso adelante en un entorno que no fue explorado. Requiere tener una visión de lo que querés hacer, y tener la disciplina y el coraje para llevarlo a cabo.
¿Quién es Fernando?
Nombre completo: Fernando Martín Zallocco
Apodo: Nano.
Profesión: Licenciado en Ciencias Empresariales.
Nacionalidad: argentino.
Signo del zodíaco: Aries.
¿Dónde vives?: Wiesbaden, Alemania.
¿Tienes hijos?: Ignacio, de 9, y Felipe, de 6.
¿Mascotas?: No.
Comida favorita: Asado con hueso.
Edad: 43.
Hobbies: En invierno me gusta ir a la nieve, hacer snowboard. Hago ejercicio casi todos los días en casa. Me gusta mucho juntarme con amigos.
Tu lugar favorito: Las montañas con lago alrededor: San Martín de los Andes, Bariloche, como ejemplo… disfruto de esa combinación de paisajes.
UN POCO DE ROCK
¿Cómo te describirías con una palabra?: Intenso.
Serie o película favorita: El eterno resplandor de una mente sin recuerdo, me marcó mucho. También todas las biográficas. Pero me volví demasiado inquieto, y no soy tanto de mirar tele o series.
Libro favorito: No leo libros, leo mucho newsletter y escucho mucho podcast. Todo me entusiasma. Yo soy Licenciado en Ciencias Empresariales porque me gusta el mundo de las empresas. Admiro mucho a la gente que emprende. Disfruto y conecto RH con el comportamiento del consumidor, y sigo newsletters de tendencias de consumo, estrategia, innovación, y a personas específicas en áreas de creatividad, emprendedurismo, liderazgo…
¿Qué personaje histórico serías y por qué?: Me conecto mucho con asumir riesgos, me siento muy cómodo. No se me viene ninguno a la mente. Podría ser un San Martín, porque tiene una épica de aventurar, lanzarse.
Banda de música o género favorito: disfruto la música británica, en todas sus expresiones (pop, rock) ¡todo me parece una maravilla! La banda que me marcó fue Oasis, creo que es la combinación perfecta entre todos los géneros. También los Rollings Stones (más que los Beatles) y Travis.
Tu cable a tierra es… Hacer ejercicio a la mañana y una ducha de agua bien fría para que me acomode las ideas. Y la parte social descontracturada, comer un asado bien maridado 😊, le baja el volumen a mi cabeza.
¿Qué país eliges para vivir y por qué?: Argentina porque es mi país, me encanta la idiosincrasia, el valor que le damos a la amistad y a los vínculos, tan simple y profundo.
¿Qué contribución crees que haces para un mundo mejor?: Cada mañana me levanto con la convicción de que podemos construir un mundo más humano desde las empresas, y eso marca una diferencia. Busco generar conversaciones y acciones, un movimiento para hacer de esa contribución una realidad.
Un consejo que te dieron y que darías: Uno no puede ayudar a alguien, más allá de lo que esa persona se quiere ayudar.