Sergio de la Calle tiene veinte años de experiencia en gestión de personas, actualmente es director de Programas & Faculty en Universitas Telefónica, considerada una de las mejores universidades corporativas del mundo. Autor de Lidera con sentido del humor. Los equipos más eficaces se divierten trabajando (2020) y Divertirse trabajando. El ingrediente secreto de las mejores empresas (2021), ambos de Plataforma Editorial.
¿Qué podemos conocer de ti que no podemos encontrar en las redes sociales?
Que cuando me retire de la empresa y de Recursos Humanos me dedicaré a dibujar comics. De chaval el dibujo era mi pasión. Y como le dedicaba mucho tiempo, se me dio bastante bien. De hecho, mientras hacía la carrera de sociología, de verdad pensaba que me dedicaría profesionalmente a ello. En algunas de mis conferencias uso esta experiencia propia porque creo genuinamente que el talento está sobrevalorado. No es nada sin foco ni disciplina. Creí poder dedicarme al comic simplemente enviando muestras a Estados Unidos desde el salón de mi casa. Y eso no funciona así.
Otros artistas españoles dibujaron en Marvel y DC con peores habilidades artísticas, pero le pusieron foco. Viajaron allí, malvivieron un tiempo mientras hacían comunidad, se hicieron todos los festivales de comic. Y le pusieron disciplina, dibujaron for free en magazines, buscaron un mentor.
Todavía dibujo, me sirve para concentrarme, hago bocetos durante las calls de trabajo que me ayudan a fijar ideas. También para impresionar a mis locos mellizos. Mientras tanto, me voy a atrever a ilustrar mi próximo libro sobre management. Hace tan solo unos días le hablé a mi editor, por cierto, argentino, y le parecieron suficientemente dignos.
¿Cómo es liderar con sentido del humor? ¿Por dónde comenzar?
Por ser amable. Para hacer sonreír a alguien no hace falta desplegar grandes recursos humorísticos. Basta con ser amable. Un capítulo de mi primer libro, Lidera con sentido del humor se titula «¿Qué es lo más fácil que puedo hacer?» En esos casos, sonríe. No puedes decir que es difícil: la sonrisa es innata. El gran problema que tenemos en el ámbito profesional es que hemos asociado seriedad con profesionalidad. Un craso error porque te lleva a creer lo contrario, que, si estás riendo, no estás produciendo.
Lo primero es dejar ir este paradigma equivocado, así como el miedo a que el equipo se te suba a las barbas o te pierda el respecto. Harvard ya demostró hace mucho que es justo, al contrario; la percepción de inteligencia y estatus de las personas es mayor en los profesionales que se atreven a utilizar el humor. Incluso se ha demostrado que es útil en las entrevistas de trabajo, quizá el sitio donde pretendemos la máxima seriedad.
«Oscar Wilde dijo: «La vida es demasiado importante para ser tomada en serio». Y yo digo lo mismo del trabajo. No me refiero a tomarse a la ligera las responsabilidades, la relación con el cliente, la calidad de los entregables. Creo que Wilde se refería a que la calidad de nuestra vida se resiente cuando nos acercamos a todo de una manera seria. Y, en la misma lógica, la calidad de nuestro trabajo también es menor si no damos cabida a la diversión».
También eres autor de Divertirse trabajando. El ingrediente secreto de las mejores empresas. ¿Qué debemos considerar para llegar a esa diversión?
Lo primero, buscarle un impacto de negocio. Las personas asocian diversión a buen ambiente de trabajo… y eso ya es relevante en sí mismo. Pero yo lo asocio más a factores de productividad. Elevar el impacto de la comunicación, construir relación entre áreas, lubricar las conversaciones difíciles del día a día, que son muchas.
En esa línea, David M. Kelley fue fundador de la firma de diseño IDEO y profesor en la Universidad de Stanford: «Si entras en una empresa y ves que hay un montón de tipos con el gesto serio por ahí, te garantizo que no inventarán nada». Un ambiente divertido fomenta la creatividad y la innovación, claves para el crecimiento.
Igualmente, ayuda a atracción y fidelización del talento. Un estudio realizado por Ipsos mostró una significativa correlación estadística entre el sentido del humor del responsable de equipo y la voluntad de sus colaboradores de permanecer en la empresa. Se preguntó a mil personas que valoraran el sentido del humor de sus jefes y, más tarde, en un lugar diferente del cuestionario, si pensaban seguir en la empresa después de un año. Los encuestados que calificaron el sentido del humor del jefe entre un siete y un diez estaban dispuestos a seguir en la empresa en un 90 % de los casos, mientras que los que lo calificaron en un siete o inferior estaban en menor medida dispuestos a permanecer en la empresa.
Además, también tiene una dimensión reputacional que las organizaciones pueden capitalizar como posicionamiento público. Un estudio de la organización Great Place to Work pidió a miles de profesionales distintas empresas calificar su experiencia en su puesto de trabajo. Las compañías puntuadas como «gran lugar» tenían siempre una puntuación inusualmente alta en la pregunta «¿Trabajas en un ambiente divertido?». Las compañías «gran lugar» alcanzaban un 81 %, frente al 62 % de las calificadas simplemente como «buen lugar».
¿Cuáles consideras son las competencias más buscadas en el mercado laboral actual?
Respecto al perfil duro, mi sector es el tecnológico y ahí estoy sesgado. Diría que la mayor demanda va por internet of things, Inteligencia Artificial, Cloud, Big Data… Supongo que alguien que trabaje en el sector sanitario o alimenticio tendrá una diferente visión. Pero la tecnología seguirá siendo una constante. Eso sí, todo indica que en las grandes organizaciones la mayoría de las decisiones todavía tienen una marcada orientación financiera. En ese sentido, a los estudiantes que no muestran una gran inclinación natural hacia una disciplina, diría, sigue siendo una opción en la que invertir. No suena muy sofisticado por mi parte, pero creo es un clásico que nunca se agota, por así decirlo.
Respecto a las habilidades personales e interpersonales, algunos consideran que debo defender el humor como competencia. Pero no lo veo de forma aislada, la visión que inspira, la cohesión de los equipos, la comunicación memorable, la negociación que no quema puentes y muchas otras cualidades que los gurús destacan en sus decálogos tienen un rasgo transversal: el sentido del humor. Lo veo más como un ingrediente que sazona todo el guiso. Y que pega con todo tipo de comida.
Según tu visión, ¿qué podemos esperar de los futuros del trabajo?
Para contestar esa respuesta, déjame que me remita a una serie de ilustraciones que el artista francés Villemard hizo en imaginando como sería el Mundo en el año 2000. Si no conoces estas ilustraciones, posiblemente una colección de cromos, merece la pena verlo. Tiene una estética retro pero la predicción es, en términos generales, que la tecnología sustituye al ser humano. ¿Esto ha sucedido realmente? No. Una de las ilustraciones muestra a un barbero manejando una máquina que afeita a varios clientes a la vez en su salón. Las barberías desaparecieron durante décadas porque la gente adquirió utensilios para afeitarse en casa. En ese sentido, la tecnología da poder a la gente y puede acabar con negocios. Pero genera un tipo de trabajo diferente, más especializado. Parece que siempre va a haber una maquinilla mejor. Y además, en el momento de mayor tecnología, las barberías han vuelto a nuestras calles. Porque la gente siempre busca el toque humano.
No veo la tecnología como una amenaza. De hecho, deberíamos estar felices de que las máquinas nos desplazan hacia el trabajo intelectual. ¿Por qué querríamos hacer algo que puede hacer una máquina? De hecho, hemos hecho demasiado tiempo el trabajo de máquinas. Y eso me devuelve a la necesidad de alimentar la creatividad en las organizaciones.
Un consejo para quienes te leen frente a esta realidad híbrida
Soy poco de consejos. Lo que me funciona a mí no necesariamente funciona para otros. Cada persona debe buscar su propia fórmula. Lo que sí te diré es que creo que se está “sobreingenierizando” el tema del liderazgo híbrido. Y es lo mismo que antes, pero con más tecnología. Un buen líder lo va a seguir siendo, tenga al equipo en la misma planta del mismo edificio o desperdigado en varias provincias, trabajando en horarios diferentes. Quizá sufriera al principio, pero, si tienes las bases de gestión de equipo bien amuebladas, te adaptarás.
Igualmente, el que sufría llevando equipos antes de la pandemia, ahora sufrirá el doble… y el equipo, el triple. Suelo bromear con que ahora tenemos un nuevo tipo del liderazgo: el liderazgo por whatsapp. Es lamentable como muchos lo utilizan para evitar tener un trato directo con el equipo. El remotismo es la excusa que siempre buscaron para evitar las conversaciones incómodas. Para mí, es gente que nunca debió asumir responsabilidad sobre personas porque nunca tuvo un genuino interés en sumergirse en el rio de lo humano.
Sergio de la Calle | Universitas Programme Director&Faculty
Lidera con sentido del humor
Divertirse Trabajando