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viernes 27 septiembre 2024
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    José Sosa: Sin Límites

    Con apenas 42 años y una extensa trayectoria en variadas industrias, el hoy director de HR en Ricoh Latin America Inc. dejó una hermosa guía a las nuevas generaciones: “Hay que tomar riesgos, perspectiva y expandirse a través del conocimiento” porque “uno no sabe de qué es capaz hasta que lo intenta”. 

    En menos de 8 años, Pepe Sosa se imagina retirado del mundo corporativo y disfrutando de nuevos emprendimientos y desafíos. Quiere ser alguien inspirador para su hijo, José Enrique, que hoy tiene apenas 4. Sueña con irse a vivir al bosque, sin tecnología, desintoxicarse por un tiempo. Este amante de la carne, de la X-Box, del Paintball, de los libros y la cerveza rubia, supo calzarse el esmoquin, pero también las botas y el overol. Hoy es director de HR de Ricoh Latin American Inc. y sabe que está logrando lo que siempre soñó: impactar positivamente en las personas.

     Lo primero que siempre queremos saber, Pepe, es un poco de tu historia. ¿Cómo fueron esos primeros pasos, vos estudiaste Administración de Empresas, cómo fue tu crecimiento en la parte profesional? 

    Estudié Administración y, desde antes de terminar la carrera, sabía que quería dedicarme a Recursos Humanos por mi interés en el relacionamiento con la gente y mi propio crecimiento personal. Realicé mis prácticas en RH y también mi servicio social, enfocado en ayudar a las personas. Por ejemplo, ayudé a personas ciegas a transcribir libros, convirtiéndolos luego en braille. Después de eso, trabajé en varias industrias. Empecé en Palacio de Hierro, una empresa de retail de lujo en México, en el área de capacitación. Dado mi interés en el trabajo con la gente, el área de capacitación fue mi primer punto de partida. Palacio de Hierro tenía un eslogan que decía “Soy totalmente Palacio”, y, bueno, yo lo fui durante dos años. Fue una experiencia increíble, donde hasta tenía descuentos en productos de lujo, algo que mi novia de entonces disfrutaba mucho. Pero, cuando dejé la empresa y perdí esos beneficios, ¡ella también me dejó! (risas). Después, viví un cambio radical al pasar de una empresa de retail de lujo a una industrial, en una cementera, fue del esmoquin a usar casco y botas. Fue una decisión complicada pero muy importante, ya que me permitió un crecimiento profesional enorme, y también personal porque tuve que mudarme cerca de la Ciudad México para independizarme a los 24 años, algo que deseaba hacer. Aunque no tenía experiencia con sindicatos, me dieron la oportunidad de entrar. No sé qué vieron en mí, pero acepté el reto, y eso marcó una gran diferencia en mi vida profesional. 

    ¿Y qué piensas qué vieron en ti para buscarte sin tener esa experiencia que se necesitaba, sobre todo, con el tema de los sindicatos? 

    Me busco Andrés Arias y se dio después de varios intentos. Ya sabes cómo es cuando te ponen los requisitos: te listan mil cosas y te piden experiencia específica, pero yo solo tenía experiencia dando cursos. Para mí fue como una cuestión divina. Me fue muy bien en todos los sentidos. Estuve 8 años en Holcim, cinco en una planta de cemento y después tres años en el corporativo. Pero después de 8 años, uno se pregunta: «¿Y qué sigue?». Me estaba yendo muy bien, pero sentí que necesitaba un cambio. En mi experiencia, si te mantienes más de 5 años en un mismo rol, empiezas a perder valor, no solo en el mercado, sino que también te encajonas en una forma de trabajar. Entonces, tomé una decisión arriesgada. Creo que a veces hay que dar un paso atrás para tomar impulso. Cuando surgió la oportunidad en Fujifilm, decidí aceptar una posición gerencial con un equipo de trabajo, aunque eso significaba ganar menos y tener menos prestaciones. Pensé: «Si no lo hago ahora, no sé cuánto tiempo más va a pasar». Fue un paso atrás económicamente, pero un paso adelante en experiencia de liderazgo. Después de 2 años, me buscaron de Ricoh, otra empresa japonesa de tecnología. Creo que fue la mejor decisión que tomé en mi vida profesional, porque Ricoh me ha permitido desarrollarme y hacer lo que mejor sé hacer. Llevo 5 años aquí, donde fui promovido a director en México. 

    Recién dijiste que estás súper contento porque en Ricoh te dieron la oportunidad de hacer lo que realmente sabes hacer. Defíneme eso, para vos, ¿qué es lo que realmente sabes hacer? 

    Lo primero es impactar en la gente. La parte que más me gusta es impactar en el desarrollo de las personas. Aquí hay mucho campo para hacerlo, muchas oportunidades de impacto a través de programas, cursos y diferentes esquemas.  

    Lo segundo es que las decisiones que se toman siempre son consultadas con Recursos Humanos. La voz de RH tiene un peso, y eso para mí es súper importante. A diferencia de las otras empresas, donde era más un área administrativa o de soporte, en Ricoh nuestra área es un socio estratégico y de valor. Todas las decisiones importantes siempre se consultan con RH, lo que permite que se agregue valor a través de nuestras decisiones y aportaciones. Eso me encanta. Además, esta compañía tiene mucho trabajo con todos los países de Latinoamérica. Estamos en 13 países de la región y, aunque es una empresa japonesa, se agrupa por regiones. En el caso de Latinoamérica, tenemos mucha comunicación con Brasil, Uruguay, Argentina, Colombia, entre otros. Yo puedo trabajar casi a diario con personas de diferentes países y eso enriquece muchísimo, el poder compartir experiencias, conocimientos y prácticas con colegas. 

    ¿Cuál crees que ha sido la iniciativa más creativa que tomaste en tu rol? ¿Y cómo impactó en el equipo o en la organización?  

    Creo que fue justamente en Fujifilm, en una Dirección General donde no creían tanto en el desarrollo o en los cursos. El director general en ese entonces no invertía mucho en temas de capacitación. Lo primero que detecté fue un problema de liderazgo y si bien la primera propuesta que hice me la rechazaron, lo convencí de que era fundamental. La insistencia y la forma de presentarle una solución diferente, no solo con números sino mostrando cómo podría impactar, fue lo que lo convenció. Y no fue un simple cursito; fue un programa que duró un año completo en la compañía para poder impactar en el liderazgo. Fue como una especie de escuela, y por supuesto, me apoyé con un consultor. Al final, creo que no vi el impacto real de ese programa porque me fui a Ricoh antes de que concluyera, pero fue muy gratificante poder convencer al director general de que necesitaba hacer algo con sus líderes, darles herramientas. En una empresa donde típicamente no se hacía, eso fue algo muy bueno para la gente. No sé cómo les haya ido después, pero sí fue gratificante ver ese cambio. 

    ¿Alguna lección de vida que hayas aprendido fuera del trabajo y te haya cambiado tu forma de liderar? ¿Tal vez de una experiencia personal? 

    Tengo tres experiencias que me encanta compartir y que me ayudaron a mí. La primera es tomar riesgos. Para crecer, tienes que tomar riesgos. Cuando me fui a vivir a otra ciudad, tomé un riesgo muy grande, pero si no lo hubiera hecho, no habría aprendido tantas cosas. Entonces, creo que una lección importante de vida es que, si quieres crecer y tener mejores oportunidades, tienes que tomar riesgos. 

    Lo segundo es tomar perspectiva. Cuando tuve que dar ese paso hacia atrás para tomar impulso, a pesar de perder algo en el momento, después pude ganar mucho más. Eso lo logras cuando tomas perspectiva de lo que quieres para el futuro. Y lo tercero es que, para crecer, tienes que expandirte. ¿A qué me refiero? Más allá de mi trabajo profesional en la oficina, doy cursos, conferencias y apoyo a la gente. Esto no solo me genera ingresos, sino que también me permite impactar en las personas. Para ello, debo prepararme, no solo jugar X-box; tengo que leer, estudiar y formarme constantemente. Creo que estas son tres grandes lecciones que me han ayudado a liderar de manera diferente. Y le enseño a mi equipo lo mismo: tienen que tomar riesgos, tomar perspectiva de lo que quieren y expandirse a través del conocimiento, el estudio y la preparación. Definitivamente, esas experiencias me han marcado. 

    Imagina que estamos en el 2030, ¿cuál crees que va a ser el mayor reto que tendrá Recursos Humanos en el futuro? 

    Esa pregunta es de coaching súper avanzado, está buenísima porque, de hecho, la hacemos. Lo primero es la atracción de talento que es y seguirá siendo un reto en un mercado cada vez más competitivo. Segundo, el estilo de liderazgo seguirá transformándose, porque cada vez encontramos líderes más jóvenes. Hoy vemos Ceos de treinta y tantos años a diferencia de hace no mucho tiempo cuando el CEO era la persona más experimentada de la empresa. Creo que el estilo de liderazgo se va a ir modificando hacia personas más jóvenes con nuevas ideas y tendencias, y Recursos Humanos debe estar preparado para acompañar a esos líderes. Y tercero, creo que cada época y cada año son más exigentes, y eso hace que RH deba estar más cerca del cliente final. Si las empresas no cuentan con tecnología de punta, ese será un gran reto: disponer de tecnología y herramientas de software adecuadas. Pero, si ya la tienen, en un mundo más digital, una cultura orientada al cliente será mucho más importante y necesaria, justamente para no perder esa parte de la conectividad con la gente. Creo que esos serían los tres retos que veo, no solo en el 2030, sino que ya están sucediendo. 

    ¿Qué es lo que te motiva a seguir creciendo y aprendiendo en tu carrera? 

    Independizarme, definitivamente. Antes decía que me quería retirar a los 30, después a los 35, luego a los 40, y ya tengo 42… así que, siendo realista, lo que me gustaría es retirarme a los 50. Y con «retirarme» me refiero a dejar de trabajar en compañías para hacer otro tipo de cosas, reinvertir y reinventarme. Ese es mi sueño. 

    También me motiva ser un ejemplo para mi hijo. Ahora es pequeño, pero cuando yo tenga 60 o 65 años, él va a tener 19. Quiero ser un ejemplo para él y, sobre todo, tener un impacto. Lo que más me motiva a seguir creciendo es el impacto en las personas: ayudarlas, guiarlas, acompañarlas. También quiero demostrar que puedo hacer más. Es como dice Joe Dispenza en su libro: uno no conoce sus límites hasta que los pone a prueba. La vida me ha enseñado eso: no sabes de qué eres capaz hasta que lo intentas. Mientras haya vida, hay que seguir dándolo todo. 

    ¿Algún mensaje que quieras dar a las nuevas generaciones? 

    Algo que me ha marcado mucho, y en lo que también he estado reflexionando últimamente, es que hay que enfocarse en tus potenciales, en tus talentos y fortalezas. En las empresas siempre nos enfocamos en planes para reforzar las debilidades y el foco debe estar en lo que uno es realmente bueno porque eso te hará crecer y brillar exponencialmente. 

    ¿Quién es José? 

    José

    Apodo: Pepe. 

    Profesión: Licenciado en administración. 

    Cargo: director de RH en Ricoh Latam. 

    Signo del zodíaco: Sagitario. 

    ¿Dónde vives?: Ciudad de México. 

    ¿Tienes hijos?: José Enrique, 4 años. 

    ¿Mascotas?: Un pointer que se llame Luke (por Skywalker). 

    Comida favorita: Soy carnívora a tope, la carne en todas sus formas. 

    Edad: 42. 

    Hobbies: Paintball, la X-Box, la lectura, ver películas y tomar cerveza (la Modelo es mi favorita). 

    UN POCO DE ROCK:  

    ¿Cuál es el libro que más ha influido en tu vida y por qué?: La suma de todos, pero Deja de Ser Tú (de Joe Dispenza), es un libro que me retó, me hizo pensar que puedes hacer las cosas de manera diferente y lograr lo que tú quieres. El cerebro puede reconfigurarse, el mundo de las posibilidades en ti mismo. También me gustan todos los libros de Brian Tracy. 

    ¿Una película que te inspire a seguir avanzando? Corazón Valiente, la veo y siempre termino llorando.  

    ¿Un lugar donde te gustaría vivir para inspirarte a evolucionar? Cualquier lugar que sea en el bosque, rodeado de la naturaleza y aislado de la tecnología.  

    ¿Cuál es el hábito diario que te mantiene enfocado? El ejercicio, la lectura, la relajación y dormir. 

    ¿Una herramienta tecnológica que consideras esencial para tu trabajo?: El celular. Y el drive es una maravilla, lo que tiene que ver con el trabajo colaborativo. 

    ¿Qué color te representa mejor como persona?: El rojo, porque me representa vida, la pasión por la vida. No lo visto mucho, pero la esencia del color es la que me gusta muchísimo. 

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