martes 3 diciembre 2024
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    InicioKeep GrowingJuliana Sibaja: Potenciadora del liderazgo femenino.

    Juliana Sibaja: Potenciadora del liderazgo femenino.

    Juliana Sibaja, especialista en participación política y liderazgo, trabaja desde el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) para potenciarlas y que puedan acceder a más y mejores oportunidades en todos los campos. 

    Juliana Sibaja Rettes creció y nació en Sabanilla de Montes de Oca, San José. Es trabajadora social de profesión y con una maestría en administración de proyectos, madre de Amanda y Andrés, y esposa del político Carlos Ricardo Benavides, de quien se siente apoyada y potenciada a tiempo completo.

    Su experiencia en la Asamblea Legislativa, en puestos administrativos y de asesoría, la llevó a conocer la negociación y la estrategia política en todas sus modalidades, para estar hoy en el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), desde donde trabaja en el Departamento de ciudadanía activa en impulsar y desarrollar el liderazgo femenino en variedad de sectores como la política, la empresa y lo social.

    Queremos conocerla un poco más…. ¿Quién es Juliana?

    Soy una mujer que en lo profesional se siente mucho más empoderada y clara. Como mamá estoy empezando, tengo dos niños pequeños Amanda (2 años) y Andrés (7 años), y con ellos estoy experimentando esta nueva etapa y aprendo todos los días, es muy retador. Es una etapa hermosa, pero tiene sus altos y bajos. Como mujer voy teniendo otras expectativas y otra madurez, y como parte de una familia y como esposa también he aprendido a valorar más las relaciones familiares. Con mi esposo Carlos Ricardo Benavides ahora tengo una relación distinta, en el sentido de que ahora somos cuatro y tenemos que tomar decisiones más profundas, y lo hacemos con mucho trabajo en equipo. Carlos Ricardo me ayuda a crecer en lo personal y profesional, y eso para mí es muy importante.

    Si hablamos de equidad de género, ¿existe una política a nivel país que no se está cumpliendo al pie de la letra?

    Creo que trabajar en la institucionalidad tiene la ventaja de poder aportar en la política pública y de visibilizar las situaciones que ocurren especialmente con las brechas de género desde el INAMU.

    Las brechas existen en el empleo, en los salarios, en la participación política, en la violencia, en el cuidado. En casi todos los ámbitos que vemos donde el piso no está parejo. Como institución pública es ahí donde debemos generar esas alianzas y esas estrategias interinstitucionales y con empresas privadas. Generar cambios culturales que en ocasiones duran muchos años. Hay mucho por hacer y ojalá que como sociedad todos aportemos en este sentido.

    Cuéntenos, ¿qué tipo de programas de fortalecimiento del liderazgo de las mujeres lleva a cabo el INAMU?

    Procuramos que haya más mujeres en espacios de toma de decisiones. Esto hace que la sociedad sea más resiliente, más saludable. Es una fortuna poder trabajar para estas mujeres. Buscamos promover liderazgos desde una visión transformadora, donde se escuchen las voces de todos y todas.

    Y desde su lado más personal, ¿cuál es la lección más valiosa que aprendió para fortalecer su estilo de liderazgo?

    Hay diferentes momentos donde he sentido el apoyo de otras mujeres para lograr cosas. Recuerdo momentos de dificultad y contar con una palabra o un consejo me permitió lograrlo. Cuando me dieron consejos enfocados en tener objetivos claros y en seguir por buen camino; esto me dio fortaleza para lograr lo que me había propuesto. Por eso creo que hay que enfrentar los miedos para salir adelante.

    Usted es una mujer apasionada, ¿qué la moviliza y la hace feliz en su trabajo?

    Ver mujeres aliadas y unidas presentando propuestas, proyectos y estrategias para cambiar hacia bien las situaciones de otras mujeres.

    Si hablamos del contexto del país, ¿cuáles cree que son los retos esenciales para potenciar a las mujeres y llevarlas al lugar donde deben estar a estas alturas del Siglo XXI?

    El país tiene muchos retos, en algunos hemos avanzado, afortunadamente. En participación política hay más mujeres vinculadas y tener paridad de género fortalece la democracia.  Una gran deuda o brecha que hay todavía en nuestro país, y en muchos otros, es el cuido como corresponsabilidad social. El cuidado de niños, de niñas y de adultos mayores tradicionalmente lo asumen mujeres. Este es un tema en el que hay una gran deuda, porque todos debemos colaborar con el cuidado. En la encuesta del INEC del uso del tiempo, del año 2017, las mujeres trabajaban en promedio 22 horas más a la semana, en comparación a los hombres, en temas de cuidado. Eso significa para la mujer reducir su tiempo de descanso, su tiempo de recreación, su tiempo de capacitación, su tiempo para trabajar. Las mujeres tienen recargas de dobles o triples trabajos, primero su jornada laboral y luego sigue una segunda o una tercera jornada.

    Desde su experiencia, ¿qué consejo compartiría con las mujeres que desean y luchan por alcanzar altas jerarquías y liderazgos en la empresa, en lo social, en el deporte, en la política, en la cultura, etc?

    Cuando hablamos del fortalecimiento de los liderazgos lo esencial es tener objetivos claros, visibilizar qué recursos tiene a la mano para lograr esos objetivos. El consejo más importante es buscar aliadas que les ayuden a conseguir sus objetivos. Cuando tenemos a la par a alguien que ayude, que dé apoyo en lo laboral y en la casa, siempre se puede llegar más lejos. También debemos desarrollar y potenciar las capacidades en los diferentes espacios. Hacer una introspección para saber de mis fortalezas y así potenciarlas.

    En su opinión, ¿la equidad de salarios sigue siendo un tema pendiente para las mujeres?

    Sin duda lo es. Es fundamental visibilizar que eso está pasando. Estamos claros que no hay igualdad de condiciones, por lo que debemos revisar las circunstancias que están mermando las posibilidades de las mujeres.

    ¿Cómo considera que se fortalece una organización o institución aportando líderes femeninas determinadas y bien enfocadas?

    Las mujeres tenemos mucho que aportar, somos la mitad de la población. Conocemos, desde otra visión, la realidad de lo que afecta a las familias y a los hijos. El aporte de la mujer fortalece a las instituciones, a las empresas, a las familias y a la sociedad en general.

    ¿Qué es una organización con liderazgo inclusivo desde su perspectiva?

    Se trata de tener espacios donde haya personas con diversas capacidades.

    Y respecto al papel de las mujeres… ¿Qué define a una mujer con liderazgo?

    Que sea capaz de tomar decisiones, que tenga objetivos claros y que sepa buscar ayuda cuando lo requiera.

    ¿Cree que un líder nace o se hace?

    Ambas. Hay rasgos que ya vienen dados en las personas. Pero con el desarrollo y la capacitación surgen esas características que nos permiten llegar a ser líderes. El tema del liderazgo se puede aprender y se puede desarrollar, y todas las mujeres estamos llamadas a siempre buscar esos procesos que nos transformen.

    Como líder femenina y desde su experiencia… ¿por dónde considera que puede empezar una mujer a dar los primeros pasos para construir su marca personal? 

    Debemos hacer una revisión interna para analizar cuáles son los pasos que debemos ir dando en la vida para llegar a nuestro destino ideal. Cumplir un plan y desarrollar una estrategia es muy importante para potenciar nuestra marca personal.

    Y respecto a su desarrollo como líder, ¿qué ha descubierto en esa trayectoria? 

    He descubierto que las personas y nuestros intereses cambian. Hay valores que siempre vamos a llevar con nosotras y que son importantes para definir nuestro futuro y nuestra marca personal.

    En su opinión… ¿De qué forma considera que el género impacta  en el estilo de liderazgo? 

    Tanto el liderazgo masculino y femenino son buenos si construyen sobre el bienestar y el desarrollo de los demás. En lo relacionado al liderazgo femenino hay que construir sobre la apertura, sobre las buenas decisiones.

    En el 2015 brindó unas declaraciones al periódico “La voz de Guanacaste” donde dijo: “Históricamente las mujeres hemos sido excluidas. Para el INAMU, la participación política de las mujeres en igualdad es importante en el ejercicio de la democracia. Hemos realizado campañas en los medios de comunicación para empoderar a las mujeres, ya que por derecho y por justicia deberíamos tener una participación igualitaria”. ¿Luego de 8 años cuánto cree que ha cambiado este panorama?

    Sigo creyendo lo mismo, creo en la inclusión y en la participación de las mujeres. Siento que hemos avanzado. En la Asamblea Legislativa tenemos el número más alto de diputadas en la historia, con 27, casi en la paridad. También considero que hay que trabajar no solo en el número sino en la igualdad de condiciones, donde las mujeres podamos aportar y decidir en libertad y bajo nuestros propios criterios.

    ¿Considera que existen algunas zonas geográficas de nuestro país donde la desigualdad de género es más notable y más resistente a la transformación?

    Hay regiones, como en las zonas rurales, donde las brechas se agudizan y eso afecta directamente el desarrollo de las mujeres. Hay temas de educación y de empleo que afectan más a unos lugares que a otros.

    ¿Podría hacer una radiografía del liderazgo femenino de alto rendimiento? 

    Un liderazgo femenino de alto rendimiento se construye con decisión, empoderamiento, empatía, alianzas sororarias, objetivos claros, esfuerzos, ética, valores, conocimiento del contexto y de la situación de otras mujeres. También debe incluir estrategia y pactos. Con todo esto se logra transformación, satisfacción y un mejor país. La sororidad se refiere, según Marcela Lagarde, a esos pactos políticos y alianzas políticas entre mujeres para hacer esos cambios que requiere la sociedad en los diferentes espacios para lograr objetivos comunes.

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