La pandemia nos ha dejado preguntas sobre jornadas de trabajo, productividad y también espacios de trabajo llenos de confort y adaptados a la actualidad, para conocer más sobre el tema conversamos con Elena Mazzoni, Gerente comercial de Open Office.
Por Paola Albornoz
El informe global de Steelcase revela las expectativas cambiantes del trabajador en cuanto a seguridad, pertenencia, productividad, confort y control. ¿Cuál es el rol de los líderes en función del cumplimiento de estas expectativas?
El rol del líder es clave, dado que es el principal facilitador para que estas expectativas puedan cumplirse. La recomendación siempre es poder realizar conversaciones en toda la organización para establecer acuerdos de utilización de los espacios y prácticas laborales que pueden desarrollarse, para que los colaboradores sientan la libertad para por ejemplo tener control de a dónde trabajan y cómo.
Es un cambio cultural, que requiere además que puedan sentir la libertad de utilizar la diversidad de opciones de espacio que les ofrece su organización sin ver miradas controladoras de sus líderes. Por eso, es fundamental que los líderes estén disponibles para el equipo y su rol principal es el de facilitar para que estas expectativas se cumplan.
Descarga el reporte de Steelcase aquí
¿De qué manera influyen las acciones sobre espacios de trabajo en la construcción de experiencia del colaborador? ¿Algún caso a compartir?
Nuestra manera de concebir el espacio es como un ecosistema, en el que se consideran aspectos cognitivos -qué tareas necesitan realizar los colaboradores en la oficina, que puedan realizar tareas de concentración o privadas, sin ser interrumpidos, o puedan colaborar, crear, compartir-, emocionales -cómo queremos que se sientan, cómo queremos inspirarlos- y físicos -hoy entendemos la ergonomía como la invitación a moverse y cambiar de postura a lo largo del día en la oficina-.
Este tipo de oficinas invitan a los colaboradores con su paleta de espacios a poder elegir a dónde y cómo realizar su trabajo. Esta manera de entender el espacio promueve que el “estar” en la oficina sea una experiencia confortable en sí misma, en la que los colaboradores se sientan bien, como en casa y disfruten de su estadía en el trabajo. Es, sin dudas, una herramienta fundamental a considerar a la hora de diseñar la experiencia del colaborador desde el área de RR.HH.
En Argentina, muchas empresas ya han implementado este tipo de espacios, y muchas otras están analizando adaptaciones para cuando regresen a la oficina en los próximos meses. Está aprovechando este momento en el que las oficinas están mayormente vacías para poder adecuar los espacios a la cultura actual de trabajo.
¿Por dónde comenzar a diseñar una mejor experiencia laboral en función de los cuatro macro cambios a ser abordados en las organizaciones?
Nuestra sugerencia es quitar barreras y flexibilizar al máximo la oficina para que se pueda ir redefiniendo de manera rápida y sencilla a los diferentes contextos o situaciones, por ejemplo, una pandemia, o a las necesidades del trabajo, por ejemplo, favorecer una cultura ágil o innovadora.
Los primeros espacios para rediseñar pueden ser los espacios de comedor para convertirlos en workcafes, que puedan ser utilizados por todos los colaboradores a lo largo de todo el día. El objetivo es optimizar todos los espacios, reducir la sub-ocupación y aprovechar al máximo todos los metros cuadrados para que sean una opción de trabajo y estén ocupados a lo largo de toda la jornada laboral. También se pueden habilitar zonas de transición, espacios al aire libre colocando mesas altas y banquetas o pequeños pufs con una mesita, generando opciones para colaborar de 2 o 3 personas. Estos son sólo algunos ejemplos, pero hay muchas opciones para poder lograr espacios de trabajo adaptados a la nueva realidad laboral.
Mientras que algunos estudios demuestran que las personas quieren volver a las oficinas, otras hablan de la tendencia de espacios híbridos ¿Hacia dónde se dirigen las oficinas del futuro y del presente?
Creemos que definitivamente quedará instalado el trabajo híbrido, esto significa que convivirán el trabajo presencial, en la oficina, y el teletrabajo, en casa. Es decir, lo físico y lo digital, con mayor flexibilidad y opciones de espacios. El ejercicio de aprender a utilizar las herramientas tecnológicas y digitales en pandemia, al margen de que se vuelva a la oficina, tendrá como consecuencia el uso habitual del recurso digital y cambiará las elecciones en cuanto a modalidades del día a día del trabajo, ya que la tecnología será mucho más utilizada para ahorrar tiempos y acortar distancias, además de generar nuevos tipos de interacciones entre los colaboradores y equipos de trabajo. En la práctica, lo digital será parte de nuestra “normalidad” en el espacio de trabajo, su uso será natural.
Los espacios de trabajo a su vez serán absolutamente flexibles y resilientes. Un espacio flexible es un espacio que se puede readecuar permanentemente al uso según las necesidades del usuario. Además, puede re-adecuarse a los distintos contextos y situaciones que se presenten: hoy es una pandemia, mañana puede ser una nueva tecnología que aún no sabemos que se desarrollará o algo que aún desconocemos. Será un espacio resiliente, que se pueda adaptar a cualquier situación. Un espacio flexible además promueve la agilidad, la colaboración, la innovación y el bienestar. Un espacio flexible es un espacio que brinda una paleta de opciones para trabajar: distintos ámbitos que faciliten el trabajo ya sea individual y concentrado. Un espacio flexible es aquel también que permite incorporar la tecnología en todas sus dimensiones en todos los espacios, ya que el gran aprendizaje que se logró en esta pandemia nos hace pensar que la tecnología será parte fundamental del diseño de cualquier espacio de trabajo.
Cada vez más las empresas están considerando el hecho de que las personas desean que se les permita elegir trabajar o no desde casa, tras la pandemia, según el informe de Steelcase, el 87% de los líderes de todo el mundo esperan poder permitir una mayor flexibilidad para que los colaboradores puedan elegir dónde, cuándo y cómo trabajar. Por eso, ya no habrá grandes concentraciones de oficinas y edificios corporativos y probablemente haya un sistema de oficinas satélites, con el objetivo de acercar la oficina a los colaboradores. En este sentido, el sistema de co-working será una gran solución para muchas organizaciones. En Argentina, cada vez más empresas permiten aumentar la flexibilidad de las políticas de trabajo y han optado por transitar hacia un modelo híbrido. Según la encuesta de Steelcase, un 70% de empresas trabajarán bajo este esquema en un futuro cercano, esto en línea con las tendencias globales y pensando en mejorar la experiencia de los trabajadores y su cultura.
¿Cuáles son los desafíos que desde su rol están enfrentando en este momento de la pandemia?
Como arquitectos, nuestro gran desafío es poder dar algún tipo de certezas, ayudar a quienes deben tomar decisiones sobre el espacio de trabajo para que puedan generar espacios de largo plazo, ante tanta incertidumbre. Tenemos la gran ventaja de poder contar con todos estos estudios que realiza Steelcase y basados en estas conclusiones se pueden lograr espacios que perduren en el tiempo, además de lograr que las personas realmente se sientan seguras y cuidadas, y puedan trabajar relajadas en el espacio de oficina. El desafío es lograr un buen balance entre flexibilidad, pertenencia y cohesión corporativa.
Elena Mazzoni| Gerente comercial de Open Office.