sábado 23 noviembre 2024
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    Mara Balestrini: “Un ciudadano comprometido puede empezar una revolución”

    Mara Balestrini, quien es mamá de Lola, argentina radicada en España y además experta en datos, Doctora en Ciencias de la Computación y Máster en Sistemas Cognitivos y medios interactivos, impulsa la utilización de los datos por parte de las instituciones con el fin de mejorar la calidad de vida, pero siempre y cuando se preserven los derechos y la privacidad de los individuos.

    Por Leila Ovando

    • Entendiendo lo que son las ciudades inteligentes, ¿cuál es el fundamento, la sostenibilidad o la tecnología? ¿Hay algún caso que sea modelo y quieras compartir? 

    El concepto de ciudad inteligente o smart city surge a principios de siglo cuando las ciudades empiezan a desplegar tecnologías, sobre todo redes de sensores y sistemas de gestión de datos -y más tarde de IA- para hacer más eficiente ciertos procesos. Entre los ámbitos de actuación más comunes se encuentran la gestión de tráfico, la monitorización del medioambiente, la recolección de residuos, la administración digital, la participación de la ciudadanía en el reporte de incidencias, o la videovigilancia y seguridad. No existe una ciudad inteligente pura sino más bien ciudades que incorporan tecnologías para resolver temas específicos. Barcelona (https://ajuntament.barcelona.cat/digital/en/digital-empowerment/democracy-and-digital-rights/cities-coalition-for-digital-rights) es un buen ejemplo de ciudad que ha sabido usar las nuevas tecnologías, pero desde un posicionamiento crítico; es decir, buscando un equilibrio entre la optimización, la eficiencia, la participación ciudadana y los derechos digitales. Forma parte de la Cities Coalition for Digital Rights (www.citiesfordigitalrights.org), junto a New York City, Ámsterdam y otras ciudadaes para promover un uso ético y justo de las tecnologías digitales en el ámbito público. Actualmente la ciudad prepara una medida de gobierno para asegurar el uso ético de los datos y los algoritmos, haciendo hincapié en la supervisión humana para asegurar que estos sistemas no perpetúan sesgos o incrementan desigualdades. Las ciudades tienen que usar la tecnología de manera inteligente, sacar provecho de ellas sin poner en riesgo los derechos de la ciudadanía ni la justicia social.  


    GLOSARIO 
    Smart city:  
    Según BBVA ((https://www.bbva.com/es/las-smart-cities/)) una ciudad inteligente es un sistema complejo e interconectado que aplica las nuevas tecnologías para gestionar el correcto funcionamiento del transporte, de los recursos energéticos/hídricos, los espacios públicos, la protección civil, los aspectos socio-económicos, el tejido comercial, la comunicación y la incidencia de estos en las personas.   
     
    IoT (Internet Of Things): 
    Deloitte (https://www2.deloitte.com/es/es/pages/technology/articles/IoT-internet-of-things.html) define a la Internet de las Cosas como la agrupación e interconexión de dispositivos y objetos a través de una red (privada o Internet), dónde todos ellos podrían ser visibles e interaccionar.  
     
    Inteligencia Artificial:  
    De acuerdo a Salesforce (https://www.salesforce.com/mx/blog/2017/6/Que-es-la-inteligencia-artificial.html) la IA es el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes. Es el concepto según el cual “las máquinas piensan como seres humanos”. 

    • ¿En qué estadío están los países en vías de desarrollo con este tema? 

    Las tecnologías son cada vez más accesibles para ciudades de países menos desarrollados y muchos de ellos ya han puesto en marcha programas de modernización de la administración pública adoptando las tecnologías digitales e incluso haciendo uso de sistemas de IoT e IA. Argentina, Colombia, Chile y Uruguay son buenos ejemplos. Sin embargo, el problema no es tanto el acceso a las tecnologías sino la falta de leyes de protección de datos que se adapten a la nueva realidad tecnológica y protejan a la ciudadanía de los excesos en el uso de las herramientas digitales como la vigilancia masiva, la discriminación o la imposibilidad de apelar las decisiones algorítmicas automáticas. La tecnología debe ser desplegada en un marco de garantías para la ciudadanía y debe ser ella quien esté en una situación de control y no de sometimiento.  
     

    • ¿Un ciudadano a pie podría comenzar a dar baby steps para contribuir a una ciudad inteligente o es algo que debe ser necesariamente en grandes grupos de personas? ¿Cuáles serían esos primeros pasos? 

    Un ciudadano comprometido puede empezar una revolución. Nunca antes ha sido más fácil crear comunidades y poner temas en la agenda. Las redes sociales y los sistemas de mensajería digital como WhatsAppTelegram Signal permiten la coordinación de grandes grupos de personas que pueden cambiar aspectos de la ciudad de abajo hacia arriba. Por ejemplo, una ciudadana preocupada por la calidad del aire en su barrio puede activar una red de medición distribuida usando sensores de código abierto. Puede recoger datos, analizarlos y corroborar si los niveles de contaminación son perjudiciales para la salud. Esta evidencia puede movilizar a más personas hasta llegar a una masa crítica de participación que acabe logrando que se apliquen medidas de contingencia o se creen nuevas políticas públicas para limitar las emisiones y mejorar la calidad del aire. Existen cientos de casos de este tipo de actuaciones y por eso cada vez más veremos iniciativas de co-creación de políticas públicas allí donde las administraciones públicas entienden que hoy gobernar ha de ser un ejercicio participativo y transparente.  
     

    • Además de estar en un mundo globalizado e interconectado, estamos inmersos en uno cada vez más tecnológico y parecería que no concebimos la vida moderna o hacer algún movimiento sin que nuestro paso o información quede registrado. ¿No corremos el riesgo de vivir en sociedades controladas justamente por la misma tecnología cuyo propósito es mejorar nuestra calidad de vida? 

    Si, por supuesto. A mayor despliegue de tecnología se necesita mayor garantía legal. Además, es fundamental garantizar que la ciudadanía desarrolle competencias que le permitan entender y hacer un uso activo de las herramientas digitales. Si esto no se da veremos nuevas formas de desigualdad, exclusión, control y desempoderamiento. 
     


    Ver TED Talk por TEDx Córdoba “Ciudades inteligentes: el poder de nuestros datos” 
    (https://tedxcordoba.com.ar/mara-balestrini/)  

    • Cambiando de tema, asesoras empresas, ONG, gobiernos, tienes experiencia liderando equipos interculturales, cuéntanos ¿cómo te encontraste en este rol? ¿Qué es lo que más aprendes de este tipo de vivencias? ¿Hay alguna que consideres que te ha cambiado?  

    Tengo el placer de poder trabajar en proyectos donde colaboran equipos que se encuentran en distintos países. Esto comenzó a darse cuando estaba en la academia (University College London) pero tomó mayor envergadura cuando como CEO de Ideas for Change (https://www.ideasforchange.com/) comencé a coordinar paquetes de trabajo en proyectos europeos. A través de sus grandes programas de apoyo a la investigación, desarrollo e innovación Europa financia proyectos transnacionales que permiten acometer desafíos en colaboración con personas expertas que están en otros países. Colaborar con personas de otras culturas, de manera remota pero intensiva deja enormes aprendizajes. Hay diferencias culturales evidentes, a pesar de que cada vez más se avanza hacia una cultura de trabajo con criterios más homogenizados. Trabajar a escala transnacional te permite tener impacto en países que quizás ni siquiera has visitado físicamente y aprender de gente que es líder en su área y con la que probablemente jamás te hubieras cruzado. Gracias a estas experiencias he aprendido a trabajar con criterios internacionales, poniendo el objetivo común por encima de las diferencias y practicando la apertura mental y flexibilidad sin perder el rigor.  

    • ¿En qué proyectos te encuentras trabajando actualmente? 

    Actualmente trabajo como consultora para el Banco Interamericano de Desarrollo donde me enfoco en temas de transformación digital y uso ético de la IA. De nuevo, la colaboración entre actores diversos en distintos países es una oportunidad enorme para aprender y lograr mayor impacto de manera colaborativa. Me siento muy privilegiada por esto. Además, soy co-fundadora de SalusCoop (https://www.saluscoop.org/), una cooperativa que defiende la gobernanza ciudadana de los datos para que estos puedan compartirse para acelerar la innovación con fines altruistas. Hoy en día podríamos hacer grandes descubrimientos si pusiéramos nuestros datos a disposición de la investigación. Pero esto tiene que hacerse garantizando la privacidad y la seguridad de los datos y reconociendo el poder de la ciudadanía que debe estar en control de las reglas del juego. Finalmente, como investigadora y docente colaboro con varias universidades como el Instituto de Empresa y el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya. 
     
     

    • Tu carrera de grado es Comunicación Audiovisual, ¿cómo es que llegaste de eso a ser una referente en innovación y tecnología? 

    Siempre me apasionaron la tecnología y la innovación. Cuando estudié comunicación audiovisual era el boom del multimedia y me cautivó la creatividad que abundaba en Internet. Muy pronto me interesé por el mundo del código abierto que permitía a personas que no éramos ingenieras desarrollar interfaces experimentales y hasta instalaciones interactivas (con Arduino y Processing, por ejemplo).  Ello me llevó a hacer un máster de investigación en Sistemas Cognitivos y medios interactivos donde pude profundizar en la relación entre la psicología cognitiva, la neurociencia y la computación. Después de hacer mi tesis sobre el uso de sistemas de computación pervasiva en el ámbito educativo decidí continuar mi investigación en el marco de la Interacción persona-computadora. Se trata de una disciplina fascinante que combina el entendimiento de los factores humanos en el diseño y despliegue de nuevas tecnologías. Me doctoré en Londres gracias a una beca de Intel y University College London. Mi trabajo en este ámbito y la capacidad de imaginar e implementar intervenciones tecnológicas innovadoras es lo que me permite trabajar a caballo entre la estrategia digital y la investigación experimental. Soy muy afortunada de poder dedicarme a lo que me apasiona y de contar con un perfil que conjuga las humanidades, las ciencias sociales, el diseño y la computación. 

     
    Mini bio: 
    – Digital Future Society Advisory Board Member 
    – Es asesora de gabinete de la Secretaría de Estado por la Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de Madrid 
    – Ex CEO de Ideas for Change  
    – Ph.D. en Filosofía en UCL, Computer Science – Human Computer Interaction 
    – Máster en Sistemas Cognitivas y Medios Interactivos en Universitat Pompeu Fabra, España 
    – Licenciada en Comunicación Audiovisual en la Universidad Blas Pascal de Córdoba, Argentina 

    Mara Balestrini | Consultora de Innovación, investigadora de Human Computer Interaction (HCI) y consultora del Banco Interamericano de Desarrollo y Comisión Europea  

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