Mayra Broglio, Sr Culture & Experience Manager Latam & Caribbean, escribe su propia historia como líder en Arcos Dorados, en donde comenzó a trabajar a los 16 años. Hoy, con 45, lleva adelante una transformación que atraviesa la diversidad, la inclusión y el liderazgo a todo nivel.
Mayra Broglio, Sr Culture & Experience Manager Latam & Caribbean, se define como la protagonista de una película de Ciencia Ficción. ¿Por qué? Porque trabaja en el área de Recursos Humanos, pero “no en lo tradicional”, y eso es lo que le apasiona. Pero antes de ser la protagonista, pasó por un montón de otros “papeles”. Eso sí, su historia, está ligada a Arcos Dorados desde que tenía 16 años. ¨ Me gusta hacer cosas “fuera de lo convencional” y busco trabajar en algo disruptivo siempre. Por ejemplo, en el 2022 hice un simulacro de Juicio a RH, pero literal, con un juez, la parte acusadora, la parte defensora, el jurado… y una ambientación completa. Las mejores experiencias son las de recordación, las que hayan pasado por el cuerpo, está comprobado. Simular un juicio fue una experiencia que nadie se va a olvidar”.
Psicóloga, madre de Cata y Vera, hija de una familia tipo con mamá, papá y hermana más chica, Mayra supo a los 16 años que iba a escribir el guión de su propia película. Se emociona al contar que fue la primera profesional de su familia, incluidos primos. “Por eso me considero una resiliente y luchadora. A los 16 años yo quería tener teléfono de línea en mi casa, algo que no era común, y por eso decidí ir a trabajar. Tenía dos opciones, Pumper Nic o McDonald… fui una visionaria, ¿no?”, y esboza una sonrisa radiante.
¿Cómo era ir al colegio y trabajar, no era común en esa época?
No, encima me tomaron en el local de Sarmiento y Florida, así que salía del colegio en Núñez, me tomaba el 59, y trabajaba de 14 a 20 horas. Terminé el secundario, aunque me costó, porque mi apuesta en ese momento era trabajar y hacer carrera en la compañía.
Vos viviste la experiencia en primera persona, ¿qué recuerdas de aquella época, con tus 16 años?
Yo me sentía en una familia trabajando, haces camaradería, a los 19 años yo ya tenía una carrera gerencial. La pasaba bárbaro, aprendía un montón y quería ir por más. Sentía que había un propósito compartido, eso es algo que me funciona, sentirme parte necesaria de un proyecto, una empresa.
En algún momento diste un paso al costado de Arcos Dorados, ¿por qué fue?
En algún momento decidí que quería conocer otras cosas mientras seguía en la facultad, y tuve una crisis más personal… Estaba entre Derecho o Psicología, que fue finalmente lo que elegí. Dejé la compañía en 1999, después de 6 años.
¿Y cómo fue esa vuelta, ya desde otro lugar?
Fue especial, como volver al primer amor. Nos volvimos a elegir. Me convocaron para una posición, hice todo el proceso e ingresé a trabajar en un rol regional, siempre supe que me gustaban las organizaciones y no la psicología clínica, aunque la ejercí un tiempo y volví a la Psicología clínica en la actualidad, también estoy atendiendo pacientes.
¿Cómo definirías hoy tu posición y cuán importante es para la empresa?
Trabajo en un equipo de RH, pero no liquido sueldos, no negocio con sindicatos, no resuelvo problemas del día a día de los colaboradores de la compañía. Trabajo en trazar la experiencia del empleado, la atracción de marca empleadora, tengo que pensar en ese chico nuevo que empieza a trabajar, con apenas 17, 18 o 19 años: ¡¡Tiene que pasar los mejores 90 días de su vida laboral y querer seguir trabajando con nosotros!!!
¿Cuáles son las estrategias que tiene Arcos Dorados para cuidar el talento?
Primero hay que trabajar en la formación y experiencia de quienes están en los restaurantes para que siempre haya pasión por el cliente. Hoy tenemos más de 90.000 empleados en América Latina, con más de 2300 restaurantes. Estamos desafiados como marca respecto de lo que a un chico de 17 años le puede interesar y nuestro gran desafío es estimularlos, generar un contexto para que ese chico quiera aprender. Trabajamos en enseñarles valores, en las relaciones entre personas, les enseñamos cuestiones de vida cotidiana básicas para que incorporen, como ser puntuales (porque eso significa respeto para el que tiene que abandonar el turno), ser impecables en su presencia (porque tiene que ver con respetarse y respetar al otro), en la fraternidad que se vive en el lugar de trabajo, en ser honestos, en el valor de la transparencia, en el respeto hacia nuestros clientes.
Pero también fomentamos cuestiones importantes de la vida, como equilibrar la responsabilidad entre el estudio y el trabajo, y les preguntamos mucho, estamos cerca.
Arcos Dorados se define también como modelo de Diversidad e inclusión. ¿Qué políticas desarrollan para ser una de las mejores empresas para trabajar?
Trabajamos en 5 ejes fundamentales con nuestro Comité. 1) Género 2) Diversidad sexual. 3) Inter generaciones, ya que tenemos gente diferentes generaciones trabajando. 4) Discapacidad y 5) Salud y Bienestar. Hacemos mucho foco en esta última, ya que hoy la apariencia junto con las redes sociales son un combo imperfecto. Hoy acompañamos a nuestros chicos para que se hagan chequeos médicos, los educamos en prácticas anticonceptivas, hay mucha desinformación, e hicimos campañas justamente para promover todas estas acciones, más mantener una alimentación equilibrada y promover el deporte.
¿Cómo manejan la diversidad y la inclusión, teniendo en cuenta las diferencias culturales en América Latina?
Las culturas son muy diferentes, y te diría que el desafío es ir acompañando cada una de las culturas. Este fue uno de los trabajos que encaré cuando regresé en 2017. Tenemos que hablar de respeto, de inclusión y de diversidad. América Latina es el continente más desigual, en Brasil los chicos bajan de las favelas y vienen a trabajar a nuestros restaurantes. Nosotros somos educadores de esas cuestiones básicas. Como digo siempre, todo lo que les enseñemos “se lo llevan puesto y lo van a poner en práctica”.
¿Y qué cambios culturales están trabajando en la compañía?
Estamos transitando una transformación digital muy fuerte. Y no hay transformación digital sin transformación cultural. El proceso de transformación de las personas con sus habilidades duras y sus habilidades blandas. Tenemos el desafío de promover liderazgos más horizontales, cambiar hábitos, comportamientos, maneras de decir, el liderazgo tiene que ser más inclusivo…
¿Cuál sentís que es tu mayor reto como líder en Arcos Dorados?
Mi mayor reto es poder inspirar a otras mujeres a que echen mano al propio empoderamiento. Fuimos incorporando frases como techo y paredes de cristal… yo soy una convencida de que el camino se lo abre una, las mujeres tenemos que poner una milla extra, pero el varón que quiere crecer también. Siempre habrá momentos más o menos apropiados, pero esa decisión es personal, no se las debemos trasladar a ninguna compañía. Siento que mi misión es contagiar eso, que es posible abrirse ese camino, y que obvio que hay un costo que tenemos que estar dispuestos a pagar, pero eso no tiene que ver con el género. Tenemos que estar decididas y saber que es absolutamente posible.
Si tuvieras que decirnos qué cambio es fundamental para seguir avanzando y derribando estructuras, ¿sería…?
Que para mí el área de RH tal cual fue concebida va a desaparecer, y tenemos que estar dispuestos a entender que, si no te metés en el negocio, el negocio no percibe valor. Hay pocos CEO de empresas que vienen del área de RH, generalmente vienen de las áreas financieras u otras… hasta ahora Recursos Humanos no ha sabido ser el negocio. La contribución de RH tiene que ver con generar el mindset en los líderes para que ellos sean el “recursos humanos” de su propia gente.
Es ella, no hay otra igual como emprendedora
No existe la palabra «gerenta»