Pablo Ortiz Díaz, Gerente General de Clínica Las Condes, ha enfrentado el desafío de integrar la tecnología en un sector tan tradicional como la salud. Su trayectoria es un reflejo de su compromiso por mejorar el acceso a la salud en Chile y por fomentar un liderazgo sin ego.
Desde muy joven, Pablo Ortiz Díaz supo que su vida estaría marcada por la responsabilidad y la vocación de servicio. Con solo 19 años, se convirtió en padre y asumió los desafíos de compaginar la universidad con su rol de papá joven. Su carrera comenzó en la administración pública durante un momento crucial de transición política en Chile, lo que le permitió ser testigo y partícipe de la modernización del país. A lo largo de los años, este amante de los mariscos y el pescado ha trabajado tanto en el sector público como en el privado, llevando su experiencia de la gestión de políticas públicas a la dirección de instituciones de salud. Hoy, en su rol en Clínica Las Condes, está enfocado en mejorar la eficiencia y el acceso a la atención médica a través de la tecnología, manteniendo siempre un enfoque ético y humano.
Cuéntanos un poco de tu historia, ¿cómo tu vida personal ha influido en tu carrera desde tus inicios?
A mí me ha tocado trabajar desde muy joven. Tuve la bendición de ser padre a los 19 años, lo que me hizo asumir responsabilidades cuando apenas estaba en mi primer año de universidad. Fue un desafío grande, pero lo tomé con mucha responsabilidad y siempre he considerado que fue una experiencia que me enseñó el valor del compromiso y la constancia. Mi vida profesional comenzó en la administración pública, durante los años 90, un período de transición política importante para Chile. Fue un momento histórico para nuestro país, y me sentí orgulloso de poder aportar en la modernización de las políticas públicas, especialmente en el área de la salud. Siempre he buscado la forma de combinar esa vocación de servicio con un enfoque más moderno, utilizando herramientas tecnológicas para mejorar la vida de las personas.
¿Cómo has visto evolucionar la gestión por competencias y su impacto en la cultura organizacional de las instituciones donde has trabajado?
He tenido la oportunidad de vivir esta evolución tanto en instituciones públicas como privadas. Crear una cultura organizacional desde cero, como fue el caso de la Defensoría Penal Pública, fue un reto inmenso pero enriquecedor. Tuvimos que construir un sistema de competencias que ayudara a desarrollar las habilidades de los equipos, desde los abogados hasta el personal administrativo, creando un entorno que promoviera el aprendizaje constante. La clave está en entender que liderar no es imponer, sino crear las condiciones adecuadas para que las personas puedan desarrollar su máximo potencial. He aprendido que un liderazgo sin ego, donde se valora el trabajo de cada miembro del equipo, es fundamental para que una organización crezca de manera sostenible.
¿Cómo crees que el uso de datos está transformando la gestión de competencias en el sector salud?
El procesamiento de información ha sido revolucionario en el ámbito de la salud, y en Chile hemos visto un gran avance en este sentido. Hoy, los datos nos permiten diseñar estrategias más costo-efectivas para la atención médica, identificando las áreas donde se necesita mejorar el acceso y la calidad del servicio. A través de los datos, podemos optimizar los recursos, lo que es fundamental en un país con tantas necesidades de salud como el nuestro. Sin embargo, aún hay desafíos importantes, como asegurar que todos los sectores de la población tengan el mismo acceso a estas mejoras. La tecnología nos permite llegar a lugares donde antes era difícil, pero debemos recordar siempre que el objetivo final es mejorar la vida de las personas.
La digitalización ha impactado muchos sectores, incluyendo el de la salud. ¿Cuáles consideras que son las principales oportunidades y desafíos de la adopción de tecnologías emergentes en este ámbito?
Las oportunidades son enormes, especialmente cuando hablamos de mejorar el acceso a diagnósticos y tratamientos. La tecnología nos permite llevar equipamiento médico avanzado a regiones donde antes era impensable. Por ejemplo, hoy podemos realizar un escáner en una zona remota y que un especialista lo interprete a distancia, lo que acorta los tiempos de espera para los pacientes. Sin embargo, también existen desafíos importantes. Uno de los principales es la formación de profesionales que sepan utilizar estas herramientas de manera efectiva, como los tecnólogos médicos. Otro gran reto es garantizar que la digitalización no cree una brecha entre quienes pueden acceder a la tecnología y quienes no. El objetivo debe ser que todos tengan la oportunidad de acceder a una atención médica de calidad, sin importar su situación económica.
¿Quién es Pablo?
Profesión: Administrador Público e Engeniero Comercial, y un MBA en la Universidad Santiago de Chile.
Cargo: Gerente General.
Signo del zodíaco: Acuario.
¿Dónde vives?: Santiago de Chile.
¿Tienes hijos?: 3 hijos.
¿Mascotas?: Una gata (Violeta) y un perro (Nemo).
Comida favorita: Mariscos y el pescado.
Edad: 54.
Hobbies: Siempre me ha gustado mucho el deporte y la música. También me gusta mucho esquiar en la nieve.
UN POCO DE ROCK:
¿Un lugar donde te gustaría vivir para inspirarte a evolucionar?
Vivir frente al mar te conecta y te da una vitalidad increíble.
¿Cuál es esa pasión secreta que pocos conocen de ti?
El canto y las pinturas de artistas latinoamericanos.
Si tu vida fuera una playlist, ¿qué canción no podrían faltar?
«Back in Black» de ACDC y «Nothing Else Matters», de Metallica.
¿Qué color te representa mejor como persona?
Naranja y azul.
¿Tienes algún ritual o hábito que mezcle lo analógico con lo digital?
Yo soy un ejecutivo que todavía toma apuntes en una libreta para las reuniones.
