La CEO y CO-Founder de Marvik, Paula Martínez, nos cuenta su historia y su evolución, el proceso que experimentó para incursionar en la industria de Machine Learning, y cómo trabajan desde Marvik con el propósito de generar un lugar ideal donde las personas puedan trabajar, desarrollarse y crecer profesionalmente.
Paula Martínez, nació en Uruguay. Con apenas 36 años y la versatilidad que la caracteriza, ha logrado un recorrido impresionante en la industria de Machine Learning, con un lindo propósito a través de su emprendimiento: Marvik (https://www.marvik.ai/). “Con mi socio fuimos a Silicon Valley por un viaje académico, y allí tuvimos la oportunidad de visitar el fondo de inversión, aceleradoras, diferentes empresas ¡Y bueno!, conocer también otra realidad nos motivó y sumó a las ganas que tenía de emprender este proyecto. Adicional a eso, lo que queríamos al momento de fundar Marvik era crear un buen lugar para trabajar, donde la gente estuviera contenta de venir, donde se pudiera desarrollar y donde pudiera crecer profesionalmente, creo que esas ganas de construir y de crear son fuertes motivadores para emprender”. Así reconoció Paula Martínez, como fue creciendo la idea de Marvik, gracias a sus ganas de construir un espacio de crecimiento para quienes quisieran hacer parte de su proyecto, y lo que la hace ser hoy un referente de liderazgo femenino.
Comencemos por conocerte, ¿quién es Paula Martínez?
Soy ingeniera eléctrica de profesión, me recibí hace unos cuantos años y disfruté mucho de hacer la carrera. Creo que mi formación fue muy buena y, además, fue una etapa de mi vida también que disfruté un montón. Vivo en Montevideo y me gusta mucho Uruguay, también me gusta mucho viajar, pero bueno, como lugar de residencia prefiero vivir en Uruguay. Me gustan los deportes, verlos y jugar al tenis o salir a correr porque es algo que me despeja y está bueno poder tener algo de actividad física en el día a día.
¿Cómo fue insertarte en una profesión bastante “machista”?
Desde la carrera, las mujeres hemos estado siempre como minoría en los espacios de trabajo. A veces pasa mucho eso en los trabajos de tecnología, sabemos que es un rubro donde hay muchos más hombres, aunque es algo que está empezando a cambiar. Hay un largo camino por recorrer en la industria.
¿Alguna anécdota para contar qué te haya sucedido?
En mi caso siempre tuve mucho apoyo de mi familia, y también tuve la suerte de tener mi primera experiencia laboral en Plan Ceibal, una empresa aquí en Uruguay, en la que realmente se elevan un montón de oportunidades a personas jóvenes, sin discriminar si son hombres o mujeres. Creo que ahí tuve la oportunidad de ver líderes femeninas que podían estar en su trabajo de pares con otros hombres.
¿Cómo nace la idea de crear Marvik?
Yo conocí a mi socio, Rodrigo, con quien trabajamos juntos y creamos Marvik, cuando estaba estudiando el máster. Para el proyecto final, estábamos haciendo una especie de juguetes que usaban inteligencia artificial, teníamos que hacer un cuento y se nos ocurrió algo. ¿Se acuerdan de “¿Escribe tu propia aventura”, donde podías elegir el camino? ¡Bueno! Queríamos tener un peluche que pudiera tener ese tipo de interacción con un niño, justamente para que el niño lo eligiera, a través de la inteligencia artificial y Machine Learning.
¿Cómo evolucionó ese proyecto? ¿Por qué “Marvik”, nos puedes compartir la historia detrás de ese nombre?
Durante ese proyecto estuvimos investigando posibles formas de llevar esto a la vida real, y que fuera algo más que un proyecto de tesis y el fin de la maestría. Así que, nos dimos cuenta de que había muy pocas organizaciones y personas trabajando con este tipo de tecnología que pudieran ayudarnos a desarrollar este proyecto. Y ahí vimos la oportunidad de mercado y también una oportunidad de ayudar a otras personas en una situación parecida a la nuestra. Así que, combinando esa oportunidad que veíamos, nuestra pasión por Machine Learning, junto con las ganas que teníamos de emprender y de crear algo, fue que decidimos comenzar a crear Marvik. ¿Por qué Marvik? Su nombre viene del científico “Marvin Minsky”, uno de los padres de la inteligencia artificial de la década de los 50.
Eres mujer y líder en un país latinoamericano, donde las brechas de género están aún muy marcadas. ¿Cómo trabajan, desde Marvik, para enfrentar esos desafíos de igualdad y equidad?
Desde Marvik tratamos de tener mujeres en posiciones de liderazgo que sean esa referencia para el equipo, y tratamos de acompañar el camino del crecimiento profesional de las personas. Además, buscamos ser parte de comunidades enfocadas en mujeres, consideramos eventos para colaborar dentro de estas iniciativas. Desde los procesos de selección y cómo se conforman nuestros equipos dentro de la empresa, buscamos tener diversidad a pesar de que es un rubro más difícil de diversificar ya que hay menos mujeres trabajando en esta industria, pero es algo que poco a poco tratamos de ir mejorando.
¿Qué piensas de la inteligencia artificial? ¿Hasta dónde puedes imaginarte la vida con la inteligencia artificial?
En Marvik trabajamos particularmente con esto, así que es un tema que nos toca de cerca y nos interesa un montón. Es un campo que realmente va evolucionando muy rápido y, por ejemplo, hay cosas que hace 6 meses no se podían hacer, pero hoy esta tecnología lo permite. Es un factor que ayuda a la velocidad en la que estamos viviendo, en el desarrollo de la IA, por ejemplo, hoy se está hablando mucho de ChatGPT y las organizaciones también están entendiendo cómo esto puede ayudar a su negocio y cómo puede impactarlos. Creo que se viene una era de automatización de un montón de cosas, pero también de personalización para cada individuo y va a impactar en todas las industrias con un montón de aplicaciones que generan un beneficio.
