La historia de Rosa Gorriz, la directora de Stellium Business School en España, es una travesía que va más allá de los límites de las redes sociales.
Desde una infancia introvertida hasta una mujer valiente y decidida, su transformación fue marcada por un punto de inflexión durante la transición de la escuela a la universidad. Graduada en ingeniería industrial, el mundo multicultural se abrió ante ella durante su participación en una asociación estudiantil europea. Este viaje desencadenó una pasión por viajar, la comunicación y proyectos simultáneos. De empleada a freelance, de proyectos a una sociedad propia, Rosa forjó su camino en el mundo empresarial con audacia y visión. Con casi dos décadas de experiencia, Rosa ha sido moldeada por múltiples mentores y libros de desarrollo personal. En su compromiso con la formación digital, desafía la brecha de género inspirando a las mujeres jóvenes a través del ejemplo y reprogramando la mentalidad colectiva. Reflexiona sobre el «techo de cristal» como una barrera autoimpuesta y aboga por liberarse de complejos arraigados en generaciones pasadas.
Háblanos un poco de tu historia ¿Qué podemos saber de ti que no vemos en Redes sociales?
Claro, Rosa se caracteriza por ser una persona sumamente familiar, arraigada en tradiciones sólidas. Desde mi infancia, fui inculcada con valores de independencia, siendo una niña introvertida, callada y observadora. A medida que los años pasaron, experimenté una transformación notable, convirtiéndome en una mujer valiente y decidida. El punto de inflexión significativo se produjo durante la transición de la escuela a la universidad, marcando un cambio sustancial en mi personalidad y el descubrimiento de facetas que me apasionaban enormemente. En resumen, esa es mi historia.
¿Hubo algo en particular que te hizo hacer ese clic?
Bueno, te cuento que me gradué en ingeniería industrial, y durante mi tiempo en la universidad, tuve la oportunidad de unirme a una asociación estudiantil a nivel europeo con sedes en diversas ciudades del continente. Nos encargábamos de organizar eventos a nivel europeo, teníamos representación en la Comisión Europea y formar parte de esta asociación me brindó la oportunidad de conocer a estudiantes de diferentes países europeos. Empecé a viajar, participar en reuniones y talleres sobre movilidad estudiantil, y toda esta experiencia extracurricular me abrió las puertas a un mundo fascinante. Descubrí mi pasión por viajar, la comunicación y el trabajo en entornos multiculturales. Este período no académico marcó el inicio de mi transformación hacia una persona decidida, y creo que fue clave para mi apertura personal.
Como emprendedora apasionada, ¿puedes compartir con nosotros el momento exacto en el que decidiste iniciar tu propio camino en el mundo de los negocios?
Bueno, al concluir mis estudios universitarios, conseguí un empleo en una empresa. Después de 5-6 meses, una amiga me propuso encargarme de algunos proyectos que tenía en curso, ya que ella se embarcaría en un nuevo desafío profesional. Tras discutirlo con la empresa en la que trabajaba, les planteé la idea de convertirme en freelance autónoma y facturarles por el tiempo dedicado a sus proyectos, permitiéndome también atender otras responsabilidades. La propuesta fue bien recibida en la empresa, y así comencé a gestionar parte del trabajo para ellos durante ciertas horas del día, mientras dedicaba el resto a otros proyectos. Descubrí mi fascinación por participar en varios proyectos simultáneamente, disfrutando de la libertad de alternar entre distintas empresas y enfrentarme a situaciones completamente diversas. De forma natural, surgieron nuevos proyectos, y conforme estos se consolidaban y crecían, decidí dar el paso hacia una etapa empresarial más madura y estable, culminando con la creación de mi propia sociedad.
En tu trayectoria de casi 20 años, has contribuido al éxito de muchas personas. ¿Hay algún mentor que haya dejado una huella significativa en tu vida profesional?
Bueno, en estos últimos 20 años, considero que mi desarrollo ha sido el resultado de numerosas contribuciones de mentores y modelos a seguir, tanto en mi vida personal como profesional. Aunque nunca he contado con un mentor fijo con una figura formal, he tenido la oportunidad de inspirarme, aprender y formarme con diversas personas a lo largo del tiempo. Desde siempre, y especialmente hace muchos años, he mantenido el hábito de leer, aunque no novelas. Mi elección se inclina hacia libros de desarrollo personal, empresas, economía e inversiones, encontrando valiosas lecciones en cada uno de ellos. En ese sentido, podría afirmar que cada libro se convierte en un mentor que aporta algo significativo a mi crecimiento, y resulta difícil destacar alguno en particular.
Has estado involucrada en la formación de perfiles digitales, un campo donde la brecha de género a veces es evidente. ¿Cómo inspiras a las mujeres jóvenes a superar estereotipos y abrazar carreras en áreas tecnológicas?
Bueno, resulta que me gradué en ingeniería industrial, un ámbito que a primera vista podría parecer bastante masculino. Sin embargo, durante mi formación éramos muchas mujeres, y en ese momento no percibí ninguna brecha, una señal de que hemos avanzado un poco en ese sentido con el tiempo. No he sentido esta brecha ni en el ámbito profesional ni en el personal. Mi enfoque para inspirar, si así lo podemos llamar, es a través del ejemplo, mostrando una realidad en la que los límites los estableces tú misma, no la sociedad ni los demás. En definitiva, creo que lo crucial es trabajar en la mentalidad y reprogramar ese pensamiento colectivo que perpetúa la idea de que la mujer es inferior al hombre o que hay áreas de trabajo destinadas exclusivamente a los hombres. En mi opinión, debemos comenzar desde la infancia, motivando a las niñas y haciéndoles ver que pueden llegar tan lejos como se propongan. Mi inspiración radica en transmitirles: ‘Oigan, chicas, yo fui una niña como ustedes, además, introvertida y observadora. No era la más popular, pero me aventuré en la ingeniería, descubriendo así un mundo fascinante, y luego forjé mi propio camino por cuenta propia’.
¿Cuál es tu opinión sobre el concepto de «techo de cristal» en el ámbito empresarial y cómo trabajas para romper esas barreras para ti misma y para otras mujeres?
En general, en mi experiencia, no he percibido o no he sido tan consciente del llamado «techo de cristal». Tal vez en una o dos ocasiones, pero incluso he notado más actitudes de figuras masculinas que se han sentido un tanto superiores o han adoptado una actitud de «a ver qué quiere esta niña». Sin embargo, he comprobado que al demostrar profesionalismo y no encogerme, al mantenerme firme, se me ha otorgado respeto de inmediato. Creo que el techo de cristal es notablemente autoimpuesto, una mentalidad colectiva arraigada en muchas generaciones, donde las mujeres han enfrentado limitaciones en comparación con los hombres en diversos ámbitos de la vida, aunque hoy en día esta realidad ha cambiado. Es como la metáfora de la jaula del elefante, que originalmente lo tenían atado a una argolla, pero al crecer, le quitaron la argolla y solo quedó con una cuerda en la pata. A pesar de estar libre, el elefante no se alejaba porque se sentía atado, aunque no hubiera nada que lo sujetara realmente. De manera similar, creo que llevamos esa mentalidad colectiva de que las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres, y aunque ya no es la realidad, seguimos viviéndolo de esa manera. Creo que debemos liberarnos de esos complejos por cuenta propia. También considero crucial el trabajo real que se realiza en el hogar y en el entorno escolar. En mi caso, siempre me alentaron a formarme, a ser independiente, a alcanzar mis metas. Si te inculcan esas creencias en casa, llegas al mercado profesional con esa convicción, volviéndote más resistente a posibles techos de cristal. Es como si, en tu propia realidad, esa barrera no existiera, y al no verla, la rompes. Creo que es un proceso por ese camino.
¿Te consideras una mujer que inspira? ¿Por qué?
¡Vaya! Aunque hablar abiertamente sobre mi vida no es un objetivo específico, disfruto compartiendo ocasionalmente mis experiencias, principalmente a través de LinkedIn y newsletters en mi página web, con la esperanza de que puedan resultar útiles para alguien. Creo que, igual que aprender de las reflexiones y experiencias ajenas, mis propios aprendizajes y reflexiones pueden ser útiles y contribuir a inspirar a otras mujeres y a quienes trazan su camino.
¿Quién es Rosa?
Nombre completo: Rosa Gorriz Lafuente
Profesión: empresaria.
Cargo: directora.
Empresa: Stellium Business School.
Nacionalidad: española.
Signo del zodíaco: Tauro ascendente leo.
¿Dónde vives?: Valencia.
¿Tienes hijos?: 2 de 8 y 9 años.
Comida favorita: Chocolate.
Edad: 45.
Hobbies: viajar, la lectura, teatro, comer bien, pasar tiempo.
UN POCO DE ROCK
Si tu vida fuera una canción de rock, ¿cuál sería el título?: Don’t stop me now.
¿Cómo te describirías en una frase?: Una persona decidida a la que le gustan los retos y necesita sentir pasión por lo que hace.
Película o serie favorita: Películas y series de época.
Si pudieras tener una conversación con cualquier figura femenina histórica, viva o fallecida, ¿a quién elegirías?: Me gustaría conversar con mujeres que han conseguido llegar a ser grandes en su ámbito y con grandes dosis de popularidad. Mujeres extravagantes, Frida Kahlo, Michell Obama, han roto moldes y me gustaría conocer que hay detrás de esos personajes.
¿Palabra clave que describa tu estilo de liderazgo?: Valentía, para tomar decisiones no tan populares.