El mundo pospandemia tiene un ingrediente (aparentemente) innegociable: el trabajo híbrido. Sea cual sea tu idea sobre el trabajo híbrido o el de tu organización, debes saber que todo el mundo está esperándolo. La semana de cinco días en la oficina no es una opción para la mayoría y no puedes esperar que se queden si es lo mejor que tienes para ofrecerles.
La flexibilidad vino para quedarse y el reto es construirla entre todos, recordando que el híbrido tiene más matices de lo que suponemos: es revisar cómo trabajamos la autonomía; el equilibrio entre la vida personal y laboral; el ahorro de costos de oficina y el acceso a talento global; y la productividad. Por eso, aquí te traigo un checklist para que empieces a delinear qué forma tomará en tu equipo y organización. ¡¿Vamos?!
- Evita las recetas mágicas: no hay un formato híbrido que valga para todas las organizaciones, todos los equipos, todas las personas.
- Deja que los equipos busquen las mejores soluciones y evita que la organización cargue con toda responsabilidad: co-construir el híbrido de manera artesanal es vital.
- Distingue la perspectiva del “trabajo” y la perspectiva de “la persona”, ponlas sobre la mesa y siéntalas a negociar. Flexibilidad y acuerdos son clave.
- Fomenta la autonomía de líderes y equipos y, si no quieren asumirla, ¡abraza el emergente! ¿Por qué dejan en manos de la organización esta responsabilidad?
- Sé transparente en los límites que marca el negocio, explicando los porqués: el límite razonable es condición de posibilidad y facilita las negociaciones.
- Escucha las necesidades de las personas: así lograrás que todos se sientan parte del nuevo formato, incluso cuando tengan que resignar algún deseo.
- Trae a la conversación distintas aristas: persona/negocio; oficina/remoto; trabajo sincrónico/asincrónico, analítico/creativo, solitario/equipo. Los cruces dan riqueza.
- Recuerda que…
- Nadie quiere volver a desperdiciar horas de viaje en el camino a la oficina, pero “el roce hace al goce”.
- Habitar un mismo espacio físico facilita la integración de las personas, la colaboración y la creatividad en los equipos, ¡el azar y lo que trae!
- Tu equipo precisa “roce” para ejecutar sus proyectos y para su propio desarrollo: los espacios de confianza y seguridad psicológica son vitales.
- Las tareas creativas funcionan mejor cuando trabajamos en equipo, de manera sincrónica y presencial; las analíticas en solitario y asincrónico.
- El nuevo uso de los espacios físicos debe definirse después de entender las necesidades del negocio y de las personas (¡y no al revés!).
- Promueve una conversación antes de encarar el nuevo formato híbrido para que todas las personas compartan cómo se sienten: expectativas, alegrías, miedos…
- Evita crear dos equipos/empresas: los que volvieron y los que (por distintas razones) siguen en remoto.
- Crea parejas “mixtas” (y que roten): uno en presencial, otro en remoto para resguardar la integración y evitar el aislamiento de los que siguen en casa.
- Aprovecha los días de oficina para exprimir aquello que necesita colaboración y… ¡deja espacios en blanco para lo inesperado!
- Promueve la igualdad de condiciones. Cuando haya varias personas juntas en lo presencial y otras en sus hogares, lleva la reunión al mundo online.
- Fomenta que los escritorios sean espacios propios y compartidos: dejemos espacio para que cada uno ponga sus fotos e incluso mensajes al “próximo ocupante”.
- Experimenta con “híbrido 1.0”, analiza resultados y sigue mejorando. Comparte los aprendizajes en tu equipo, con otras áreas e, incluso, con otras organizaciones.
Melina Jajamovich | Trainer, Coach, Speaker en Agile Cooking | Autora de «Reflexiones de un año trabajando en pantuflas» y «Agilidad en 4 estaciones»