sábado 18 mayo 2024
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    Maria Jose Castro: Kilómetros de pasión.

    Maria Jose Castro es la fundadora y directora de CAVU Estrategia y Acción, una empresa de asesorías estratégicas que nació durante la pandemia para demostrarse, una vez más, que lo único imposible es aquello que no se intenta con ilusión, pasión y mucho esfuerzo.

    Maria Jose Castro es administradora de empresas hoteleras y ahora está al frente de su propia empresa CAVU, la cual fundó en una época de enormes dificultades como la pandemia. Además, es una amante del deporte. Fue nadadora del Club Cariari -tuvo como entrenador a Francisco Rivas- y ha corrido cuatro maratones (2 en Chicago, Minnesota y Londres.

    Como si eso fuera poco también tiene el sello de ultramaratonista al haber completado seis ultramaratones: 3 de 50 kilómetros, una de 60 kilómetros, una de 80 kilómetros y el The Coastal Challenge en Costa Rica, una ultramaratón de 230 kilómetros en 6 días por toda la costa sur del pacífico, donde en ocasiones vivió una humedad del 100% y temperaturas picos de hasta 38 grados centígrados.

    ¿Cómo elaboraría su autobiografía en unas pocas líneas?

    Soy una apasionada de la vida, pero esto lo puedo decir ahora, porque lo he ido aprendiendo a lo largo del camino. Trato de encontrar lo bueno de cada situación y creo que todos tenemos algo valioso que aportar y compartir. Siempre ando en la búsqueda de qué es eso. Me encanta relacionarme y trabajar con la gente. Soy hotelera de profesión, pero todo lo que he aprendido ha sido a lo largo del camino. También soy deportista por hobby.

    ¿Para usted qué es el alto rendimiento personal o profesional?

    Esto es algo personal que lo determina cada uno, no es un estándar para todos. Sí considero que el alto rendimiento tiene mucho que ver con compromiso, con dedicación, con plantearse un objetivo y trabajar hacia eso, siendo flexible con lo que se presente. Es un interés de hacer las cosas bien y tener esa intención de entregarse a que el resultado se dé sin comprometer a nadie más.

    ¿Cuándo un equipo se puede considerar de alto rendimiento?

    Lo más importante es esa congruencia de objetivos. Que todos estemos remando hacia el mismo lado, porque sin eso es difícil orientar un equipo a desempeñarse en el alto rendimiento. Para lograrlo siempre es muy importante la cabeza o el líder del equipo; también definir bien los aspectos de empoderamiento, definir los roles de cada uno y establecer cómo se entrelazan los papeles de cada miembro del equipo. Igualmente, tener la capacidad de reconocer el aporte individual y el aporte colectivo.

    El escritor Simon Sinek destaca: “Seamos los líderes que hubiéramos deseado tener”. ¿Cómo trasladar esta frase a su trabajo del día a día?

    Tiene que ver en cómo transformar y evolucionar mi liderazgo a través de la observación y el análisis que haga de otros líderes que me sirven como modelos.

    El escritor estadounidense Patrick Lencioni tiene una frase referente al equipo que me llama poderosamente la atención: “Los buenos equipos no se guardan nada. No temen sacar los trapitos al sol. Admiten sus errores, sus debilidades y sus preocupaciones sin temor a las represalias”. ¿Por qué resulta tan difícil llevar todo eso a la práctica?

    Este es un tema cultural de las empresas que viene determinado por la cabeza de estas mismas organizaciones. Si la cabeza no tiene una mentalidad y una manera de trabajar transparente, siendo consciente, además, de que los mejores resultados se logran a través de las demás personas, pues será complicada la construcción de un equipo auténtico y que perdure en el tiempo.

    ¿En su trabajo como consultora cuál es su receta favorita para lograr que la gente ordinaria logre resultados extraordinarios?

    Lo primero es entender qué se quiere lograr, luego asegurarse de que tenemos los recursos y las herramientas para lograr esos resultados extraordinarios o la apertura a obtenerlos o el compromiso a trabajarlos. Otro elemento esencial es involucrar a los líderes con el equipo para una adecuada ejecución y constantemente comunicar los avances y la hoja de ruta.

    El campeón mundial de fútbol en México 86, el argentino Jorge Valdano, menciona en sus conferencias esta frase: “Un equipo es un estado de ánimo”. ¿Qué tan cierto será este pensamiento?

    Definitivamente, el equipo debe tener la capacidad de reconocer cuando alguno de sus miembros a lo mejor no está bien para ayudarlo a levantar, igualmente para darle soporte anímico. Todos los equipos están compuestos de personas y las personas no somos máquinas.

    Su empresa CAVU nació en medio de la pandemia. ¿Cómo dar a luz una empresa frente a las complejas circunstancias que acompañaban aquellos momentos de tanta incertidumbre y contracción económica?

    Primeramente, CAVU es una empresa de asesorías estratégicas. Lo que hacemos es ayudar a las organizaciones o a las personas a conceptualizar una idea de negocio o llevar a empresas existentes al siguiente nivel. Si bien es cierto que la pandemia fue una época muy retadora, también fue una época de muchas oportunidades, porque muchas empresas tuvieron que repensar qué iban a hacer al momento en que cambiaron las circunstancias. Entonces aparece CAVU para colaborar en ese proceso, porque somos estratégicos en apoyar a las empresas, a los proyectos y a las personas que las componen. Primero establecemos una relación de colaboración y luego una relación comercial.

    ¿Cuál es el reto principal de alinear a equipos organizacionales? 

    Lo primero a tener claro es conocer cuáles son los talentos de cada persona, porque estas personas son las que forman al equipo. Una vez que conocemos estos talentos tenemos más posibilidades de una alineación exitosa del equipo. Primero buscar la persona para la posición y no adaptar la posición a la persona, ya que esto puede generar frustración para todos los involucrados: el colaborador, el equipo, el líder.

    Para un gerente, director, supervisor o jefe, ¿cuál es el reto principal para convertir a un grupo de seres humanos en un equipo de trabajo?

    Congruencia de objetivos entre todas las personas y más allá de eso es compromiso con esos objetivos. Hay un reto que todo gerente debe enfrentar y consiste en ver todo el bosque completo y no solo un árbol. Debo desarrollar la capacidad y comprometerme con el trabajo buscando el espacio para hacer una pausa, salirme de la dinámica del día a día para ver todo el panorama desde arriba, todo en una perspectiva general.

    ¿Según su experiencia, por qué muchos grupos de trabajo no logran trascender para convertirse en equipos?

    Considero que es trascendental disfrutar lo que sea que estemos haciendo como trabajo. Yo me levanto todos los días y estoy feliz porque vengo a hacer lo que hago, con todos sus retos y todos los colores que se presenten. Eso es muy importante a la hora de conformar un equipo; es mejor que sea con gente que tenga pasión y que disfrute lo que hace y es genial que no todos disfrutemos o nos apasione lo mismo. Los equipos más fuertes se conforman con gente que quiere y disfruta lo que hacen.

    Luego de que usted se convirtió en maratonista y en ultramaratonista, encuentra alguna similitud entre la maratón y la ultramaratón con la vida misma…

    Completamente. Se puede resumir con una palabra: resiliencia. De esto se compone una carrera como la maratón y la ultramaratón, y también la vida. En ambos escenarios hay días en que uno se siente muy bien y todo es más fácil, y también están aquellos otros días en que todo cuesta más y es más difícil y nada sale bien. Sin embargo, en cualquiera de los casos hay que seguir, bajar el ritmo, un poquito si es necesario, pero siempre seguir. Hay que aprender a bailar con lo que aparezca en el camino.

    ¿Se parece a la maratón o la ultramaratón dirigir su propia empresa?

    Claro y de nuevo es la resiliencia. Es ese no saber cómo van a salir las cosas, pero siempre con la mente puesta en terminar de la mejor forma posible. A veces se termina excelente y en ocasiones no tanto, esa es la vida de la empresa y el reto de correr una distancia larga, donde pueden pasar cosas que están fuera de nuestro control.

    ¿Qué es lo más difícil de convertirse en lo que uno quiere ser como persona y como profesional?

    Definirlo. Es eso lo más importante y difícil. Una vez que tengo eso claro pasamos al terreno del compromiso; comprometerme 100 % para trabajar y buscar alcanzar lo que quiero ser en la vida.

    Entrevistada por: Alexander Aguilar

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