viernes 3 mayo 2024
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    Yokasta Valle: La campeona del ring.

    La boxeadora Yokasta Valle es quíntuple campeona mundial, empresaria y promotora. Quiere potenciar a los nuevos talentos del boxeo con Yoka Sport and Boxing Promotions y dar el ejemplo para que las generaciones del futuro persigan sus grandes sueños en lo que quiera que realicen.

    Yokasta Valle no se cansa de ganar en el ring y al día de hoy ya tiene siete defensas exitosas y quiere ir por más. Es la campeona mundial en tres categorías (102 libras, 105 libras y 108 libras) y menciona sin dudarlo dos veces que “sigo teniendo la misma hambre por ganar. Siempre subo al ring sabiendo que mi título está ahí flotando, está en disputa, y por eso debo tener más motivación y más entrenamiento”.

    Recuerda con nostalgia cuando su papá Rommel y su abuelo Silverio querían que ella viera, aprendiera y practicara boxeo, pero no le veía la gracia. Hoy se emociona y mueve sus manos, en señal de estar en pleno combate, cuando habla de su pasado, su presente de campeona y su futuro. Muestra su acostumbrada sonrisa contagiosa cuando recuerda aquella vez en la que ganó su primera pelea con apenas 13 años. “Guaoooo soy buenaaaaa, me gusta”, menciona haberse dicho en sus adentros.

    ¿En su vida personal cómo es Yokasta?

    De todas mis hermanas yo soy la que más une, la más sentimental, la que trata de unir a la familia. Me encanta pasar tiempo con mi familia. Hasta creo que soy la más llorona porque ya viendo una película me pongo a llorar. Me ven el boxeo toda ruda (hace los gestos técnicos de lanzar golpes y se ríe), pero fuera del ring soy súper tierna y tranquila, siempre ando sonriendo. Muy pocas veces me ven enojada.

    Cuéntenos precisamente de su actitud positiva. ¿Dónde nace esta característica suya de siempre mostrarse sonriente y feliz?

    Empezando porque cada mañana tengo un día más de vida, una oportunidad más con todas mis capacidades físicas bien, cuando hay muchas personas que no las tienen y ni siquiera se pueden levantar ni abrir los ojos ni comer por sí mismas. Entonces como no tener una sonrisa si Dios me da tanto. 

    ¿Podría contarnos cómo fue aquel primer acercamiento suyo con el boxeo?

    Mi papá (Rommel) y mi abuelito (Silverio) son súper fanáticos al boxeo y siempre veían las peleas de los mejores boxeadores de antes. Ellos me ponían a verlo y yo decía (arruga la cara y se ríe) “no me gusta porque no le veía la gracia de ver dos personas pegándose”. Ya a los 13 años mi papá me dice: “Yoka vamos al gimnasio de boxeo a  Plaza Víquez” y yo fui a acompañarlos. Cuando entré al gimnasio me llamó la atención de que eran puros hombres y no había mujeres, olía horrible el gimnasio y me decía que esto no era para mí. Mi papá me decía “yo quiero que entienda el boxeo” y lo volvía a ver como diciendo ummmm, ummmm, ok. Luego por complacerlo me metí a entrenar dos semanas, pero no le tomaba el gusto, no me sentía cómoda en esto, yo apenas tenía 13 años. En eso llega un día mi entrenador y me pregunta si quería pelear y le dije que sí, que estaba bien. Cuando llegó el día de la pelea yo me decía que para que había dicho que sí, tenía miedo, miedo, miedo. Recuerdo que no había uniformes para mujeres, me tuvieron que amarrar la camisa y la pantaloneta me quedaba como pantalón (Se ríe mucho). Apenas suena la campana me regreso donde mi entrenador para que me quitara la careta y me dijo que no, me dio media vuelta y me pegó un empujón para que regresara a la pelea. En eso mi rival me dio los primeros golpes y digo: “eyyyy que le pasa, no me voy a dejar”. Respondí y terminé ganando la pelea. Después el referí me levanta la mano como ganadora y mi primera reacción fue: “Guaoooo soy buenaaaaa, me gusta” (Se ríe nerviosa). Aquella adrenalina nunca la había sentido y me gustó; comencé a averiguar del boxeo porque no sabía mucho. Fue cuando conocí de Floyd Mayweather y veía todos sus videos, como peleaba y el movimiento de sus piernas; yo quería ser como él. Luego en mis entrenamientos quería hacerlo igual y no podía, era muy difícil. Por eso el boxeo es un arte que consiste en pegar y en que no me peguen, uno debe pensar mucho y muy rápido en el ring.

    ¿Usted encuentra alguna similitud entre el boxeo y la vida misma?
    Claro que sí, se parecen mucho. Hay días buenos, hay día malos. Uno se levanta y se cae, se levanta y se cae. Además, siempre hay otra oportunidad para volver a intentarlo para ser mejor.

    ¿Cuál ha sido el golpe más fuerte que usted le dio a la vida cuando ésta trataba de quitarle o alejarle sus grandes sueños?

    Mi familia siempre me apoyaba, aunque mi mamá me decía: “Yoka el boxeo no te va a dar de comer”. Yo entendía esa preocupación de ella porque en ese momento era cierto, me decía que tenía que estudiar y gracias a eso pude sacar mi carrera universitaria de educación física. Estuve cerca de rendirme cuando me pasé al boxeo profesional porque no me daban la oportunidad, me veían como una más y para poder destacarme debía hacer lo que todos los demás no hacen, tener la disciplina de entrenar todos los días, tener esa constancia. Todo eso me costó muchísimo y llegué a pensar muchas veces en rendirme y no seguir. Un día estaba entrenando y lloraba porque sentía que ese era mi último día en el boxeo, pero en ese momento llegó mi exentrenador y me dijo: “Yoka usted va a ser campeona mundial”. Entonces yo misma me decía que cómo no iba a confiar en mí cuando alguien más sí lo hacía. Se me quitó la idea de rendirme.

    ¿Qué significa pertenecer a Golden Boy Promotions?

    Lo juro que esto no me lo imaginaba. A los hombres les cuesta entrar a esta empresa y ahora imagínese a una mujer, es 10 veces más difícil. Y mucho más para mí siendo un peso liviano, pero siempre demostré junto a mi entrenadora Gloria Alvarado que estábamos listas y aquí estamos.

    ¿Recuerda el día en que se convirtió en la mejor del mundo en su categoría?

    Y todavía lo sigo siendo (se ríe con una gran emoción, sus ojos le brillan). Esto es muy curioso porque muy pocos campeones se mantienen como campeones, ganan el título y no hacen ni una defensa exitosa. Para responder a la pregunta recuerdo que ese primer título mundial fue en el 2016 en el peso átomo de las 102 libras, en el Parque Central de San José, abierto al público. Al octavo round empezó a llover y no había toldo porque había muy poco presupuesto, no tenía ni patrocinadores. Sin embargo, la gente no se movía para seguir viendo la pelea. Lo recuerdo y analizo que hoy, 7 años después, sigo teniendo la misma hambre por ganar. Siempre subo al ring sabiendo que mi título está ahí flotando, está en disputa, y por eso debo tener más motivación y más entrenamiento para seguir defendiendo mi título. Al día de hoy ya tengo siete defensas exitosas.

    ¿Cómo le cambia la vida a una persona cuando se convierte en campeona mundial?

    Vieras que bastante en el sentido del gran impacto que uno puede causar en cosas tan mínimas. La gente tal vez se me quedaba viendo y yo me extrañaba, pero mi promotor Mario Vega me decía: “Yoka es que te está reconociendo”. Luego me decían que si podía tomarme una foto o darles un autógrafo. Me sentía rara al principio y fue cuando comencé a darme cuenta que uno podía generar un impacto positivo. Me di cuenta del poder que tenía para con solo una palabra de motivación o un mensaje positivo ayudar a una persona para su vida, su trabajo, su estudio… entonces como no hacerlo.

    ¿Le gusta ser famosa?
    (Se ríe nerviosa) Cuando yo estaba pequeña había apuntado en un diario que tenía, tal vez como a los 7 – 8 años, que quería ser fitness model, ser reconocida y dar un mensaje positivo. Fue hasta con los años que me acordé de ese diario. Puedo decir que esto que vivo ahora no me molesta para nada, me gusta que la gente me pida fotos o autógrafos, todo esto lo veo como una bendición al sentir el cariño de la gente. Qué bonito es cuando un niño o una niña me dicen que quieren ser como yo… Soy consciente también de que ser ejemplo es una gran responsabilidad.

    ¿Qué nos puede contar de “Yoka”, su marca de perfume para hombre y mujer que saldrá pronto a la venta?

    Ya está en preventa y de verdad que el perfume huele delicioso tanto el de hombre como el de mujer. Se llaman Yoka Women y Yoka Men y el envase es de un puñito. El olor del perfume representa mi fuerza y también mi delicadeza. Está en preventa en yokaparfums.com y llegaría en octubre al país.

    Ahora también incursiona fuerte en la vida de empresaria con su nueva promotora junto a Mario Vega. ¿De qué se trata este proyecto?

    Así es, se llama Yoka Sport and Boxing Promotions. Cuando me retire del boxeo quería ser promotora y Mario Vega me preguntó que por qué no hacerlo ahora mismo. Me motivó a hacerlo desde ya, pero con la ayuda de él para seguir yo enfocada en el boxeo y en mis entrenamientos. Consideramos que era una buena idea comenzar ya porque hay niños o muchachos que se pueden verse beneficiados y cuando realizamos la invitación a unirse llegaron muchísimos y eso es lo que buscamos, darle oportunidades a muchos que quieran desarrollarse en el boxeo y con más facilidades de las que yo tuve en su momento. No quiero que a ellos les cueste tanto como me costó a mí, quiero ayudarles porque es mejor que estén entrenando y no en calles haciendo nada y con el riesgo que eso representa con las drogas o el alcoholismo. 

    El gran Muhammad Ali dijo alguna vez esta frase: “Si mi mente puede concebirlo y mi corazón puede creerlo, entonces puedo lograrlo”. ¿Qué opina usted de eso?

    Por supuesto que sí, lo comparto cien por ciento. Mucha gente a veces nos puede decir que esto o lo otro es muy difícil y que eso no se puede lograr. Sin embargo, eso no es cierto, todo pasa por creerlo y de inmediato construir un plan para lograrlo. Uno en la vida debe construir el momento ideal para ir a lograrlo y cuando ese momento llegue creérselo con todas las fuerzas para ganar lo que uno sueña, sea lo que sea.

    ¿Quién es su héroe deportivo favorito?
    Desde mis inicios en el boxeo fue Floyd Mayweather. Él me gusta como el atleta que es, aunque como persona no me gusta. La disciplina de él como boxeador era increíble. Incluso he entrenado en su gimnasio en Las Vegas.

    ¿Qué emociones siente cada vez que sube al ring a defender su cinturón?

    Es inexplicable. Primero la adrenalina de sentir a mi país y a muchos otros de Latinoamérica apoyándome, especialmente de Centroamérica. Todo ese apoyo atrás me hace sentir que nunca subo sola al ring y por eso solo hay que disfrutar el momento.

    ¿De qué manera ser campeona mundial la convierte en una mejor persona?

    De muchas maneras, me da disciplina y me hace siempre recordar lo que yo sufrí y lo que yo viví. Como mujer no quiero que otras personas vivan lo que yo pasé. Por ejemplo, el 50 % de las ganancias del perfume serán donadas a la Teletón de este año. No solo pienso en mi familia, sino también en dejar un legado positivo a la sociedad y al país.

    ¿A qué cosas debe renunciar una campeona mundial para mantenerse en lo más alto de su rendimiento físico y mental?

    A lo que más me cuesta renunciar es a mi familia y a no poder verlos cuando paso mucho tiempo preparándome en otro país, por ejemplo, ahora que estoy en Los Ángeles. Ellos me hacen mucha falta. En cambio cuando me hablan de fiestas o cosas así eso no me cuesta tanto decirle que no, porque nunca fui mucho de eso. Es un estilo de vida y al final todo vale la pena.

    ¿Cuál es su lugar favorito para pelear?

    Costa Rica, por supuesto. Eso sí, mi gran sueño es poder pelear en el Estadio Nacional, no me imagino un ambiente como el del BN Arena, pero a Estadio Nacional lleno. Yo sé que lo vamos a lograr y eso yo lo veo a corto plazo.

    ¿La actitud es un factor esencial para ganar?

    En todo y principalmente empezando por el entrenamiento. Por eso digo que uno desde que se levanta debe levantarse con actitud y con ganas. Actitud en todo, aunque uno esté corriendo con frío y viento camino al Volcán Irazú.

    ¿Cómo maneja la presión de competir en el alto nivel?

    La presión es algo que siempre he tenido cerca y más cuando se trata de ser campeona mundial. La presión es una compañía que siempre está cuando se trata de ganar. Eso sí, ya cuando subo al ring me olvidó de todo y solo quiero disfrutar.

    ¿Cuál es su principal motivación para seguir mejorando y defendiendo sus títulos mundiales?
    Pensar que todo siempre se puede lograr con trabajo, esfuerzo y disciplina. Todo se puede alcanzar pero hay que trabajarlo. Si yo pude todos pueden igualmente lograrlo.


    ¿Cómo maneja Yokasta la adversidad y los obstáculos en su carrera de boxeadora?
    La vida es como cuando estoy corriendo, veo una montaña y voy subiendo y digo: “ya no aguanto, ya no aguanto”. Entonces pienso que solo falta un poquito más para llegar a lo plano y debo dar ese esfuerzo extra para lograrlo. Pero si me rindo paro y tendría que devolverme y eso no me hará más fuerte, solo superando obstáculos es que nos hacemos fuertes.

    ¿Cómo desarrolla y potencia su fortaleza mental para sostenerse como campeona del mundo?

    Esto se logra teniendo la misma hambre por lograr más victorias, como si cada vez fuera la primera vez. Saber que siempre que defiendo mi título ese título también lo quiere mi rival y eso me convierte en alguien cada vez más fuerte y enfocada.

    ¿Cuál es su ritual antes, durante o al finalizar una pelea por el título mundial?

    Antes lo principal es encomendarme a Dios para que tanto mi rival  como yo salgamos con bien y con todas nuestras capacidades físicas bien, que no pase nada feo. Luego me concentro en mi esquina y al final pues darle “gracias Dios” y celebrar con mi familia y el cariño de la gente.

    ¿Quién es Yokasta?

    Nombre completo: Yokasta Galeth Valle Álvarez.

    Cargo: Boxeadora profesional.
    Empresa: Golden Boy Promotions.

    Profesión: Educadora física.
    Nacionalidad: Costarricense.

    Vive en: San Rafael de Alajuela.
    Edad: 30 años.
    Familia: Mi papá Rommel, mi papá Azucena, mis hermanas Kimberly, Lenda, Francini y Naomy.
    Mascota: Tengo un gato que se llama Rocky Marciano, que tiene cara de amargado. (Se ríe)
    Comida preferida: La pasta.
    Deporte a parte del boxeo: Fútbol cuando juega la Selección y mi equipo Saprissa. También el béisbol.
    Pasatiempos: Ir al salón a arreglarme y jugar “play”.
    Prenda de ropa preferida: Los vestidos y las licras.
    Su lugar de ensueño: Japón.

    UN POCO DE ROCK

    Una frase con la que se identifica: Mi confianza me la da mi preparación. 

    Su principal fortaleza: Mi equipo y mi familia.

    Una debilidad: Muy confiada con la gente.

    Algo que la pone triste: Ver sufrir a la niñez.

    Su persona favorita en el mundo: Dios.

    El mejor platillo que usted prepara: Los postres.

    Su mejor hábito: Siempre estar activa.

    Un miedo: Las ratas.
    La mujer de la historia que más admira: Mi mamá Azucena.
    Lo que menos le gusta de la gente: Que sean hipócritas.

    Su canción favorita antes de competir: La que hizo Tapón, se llama “Campeona”.

    Su comida favorita antes de una gran pelea: La pasta.

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